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Torremolinos

“Nuestro objetivo es intentar que los andaluces seamos lo que fuimos”

Bartolomé Florido Luque, presidente y fundador de la Asociación '¿Yo? ¡Producto Andaluz!' y del 'Liceo Blas Infante Torremolinos'

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  • Bartolomé Florido -

Apasionado de su Málaga natal, de la Andalucía toda y del Torremolinos donde ha forjado más medio siglo de su vida y donde fundó su asociación ‘¿Yo? ¡Producto Andaluz!’ y el ‘Liceo Blas Infante’, Bartolomé Florido Luque es la viva estampa del luchador nato.

Dedicado  toda una vida al servicio de nuestra comunidad, Bartolomé Florido  fue en su día, entre otras muchas iniciativas que ha liderado,  portavoz de la plataforma de autónomos andaluces y reivindicó ante el Congreso en Madrid, junto con otros portavoces de las autonomías, el derecho de los autónomos a cobrar el merecido subsidio de desempleo.



Allí donde es necesario reclamar justicia y derechos para empresarios y trabajadores, está él en primera línea. Pero el principal objetivo de Bartolomé Florido Luque es la defensa de los productos andaluces y la promoción universal de su consumo.

Bartolomé, usted nació en Málaga…
–En el barrio de la Trinidad. Mi familia era muy humilde. Cuando cumplí 9 años mis tíos me llevaron a Bilbao y allí descubrí que una sola persona podía comerse un filete entero y una naranja, sin compartirlo en familia. Fue en Bilbao donde también descubrí que, en lugar de alpargatas, se podían llevar zapatos.

¿Cuándo se vino a Torremolinos?
–A la edad de 11 años, con mi padre. Aún era un niño cuando empecé a aprender el oficio de barbero, aunque en pocos meses, ya con 14 años, me decidí por la hostelería y trabajé primero en el conocido Víctor Bar y después en el hotel Pez Espada. Más tarde, terminados mis estudios y con el título de Profesor de Formación Vial, me independicé. Por cierto que, al cabo del tiempo, me sorprendieron con la concesión de la Medalla al Mérito Docente.

¿Cómo nace la Asociación ‘¿Yo? ¡Producto Andaluz!’? ¿Con qué objetivo?
–Nace a través de una reflexión hace 28 años estando dentro de la política, perteneciendo al PSOE de Andalucía y siendo fundador y primer presidente de la Asociación de Empresarios de Benalmádena.
El objetivo es intentar que los andaluces seamos lo que fuimos. “Hombre de luz que a los hombres alma de hombre le dimos”. Intentar que Andalucía sea tierra rica de hombres pobres. Dejar de ser el vagón de cola de la economía europea y ser una locomotora de España. Intentar que Andalucía tenga una autonomía plena donde ni Madrid ni Cataluña ni el País Vasco nos tengan que decir como tenemos que ser y vivir. Dejar de tener la Renta Per Cápita más baja de España.

¿Cuántas personas colaboran con esta asociación en defensa del producto andaluz?
–Por la defensa del producto andaluz con esta asociación colaboran cientos de ciudadanos con nombre y apellido. Colaboran con su trabajo, ideas y opiniones. Pero, en absoluto se cobra un céntimo a nadie. Y la junta directiva desde que la presido hace 28 años no pedimos ni recibimos ni una peseta de ninguna institución ni pública ni privada. La asociación la financio yo con mis propios y escasos medios económicos. 

¿Fueron difíciles los comienzos de la Asociación?
–Los comienzos fueron difíciles y siempre tendremos en el recuerdo a quienes ya no están con nosotros y que también empujaron el carro. En fin, todos aquéllos que tanto de sí mismos aportaron y que creyeron firmemente en ésta que para muchos era pura utopía y hoy es pura realidad. Y de esos comienzos somos muchos los que aún llevamos el carro... y luego han venido tantos otros que generosa y desinteresadamente contribuyen a esta noble causa, porque también aman a Andalucía.

¿Cuántas iniciativas habrán llevado a cabo desde su fundación?
–Fácilmente, podríamos decir que dos por semana desde hace más de 25 años. Básicamente hemos promocionado y ofrecido, y en ello seguimos, degustaciones de productos del campo y las granjas y empresas andaluzas, tales como: aceite, aceitunas, gazpacho, sangría, vino, membrillo, mantecados, uvas pasas, tarros de miel, huevos, naranjas, aguacates, pepinos y un sinfín de productos más.

¿Cree que está reconocido el trabajo de la asociación?
-Me es completamente indiferente por parte de las instituciones, ahora el pueblo sin lugar a duda sí. Somos un enemigo reconocido para el sistema político e institucional.  Pero es cierto que algunas  empresas y agricultores nos facilitan a mitad de precio las toneladas de productos que periódicamente repartimos gratis, con vistas a que la gente conozca mejor los productos de Andalucía y se anime a consumirlos en preferencia a los de fuera.

¿Cómo hacer para que el andaluz consuma más productos andaluces?
–Autoestima, autoestima, autoestima. Demostrar día a día, hora a hora y minuto a minuto que los productos andaluces por calidad y diversidad son inigualables. Y ser conscientes de que  las grandes superficies de Andalucía jamás han sido generosas con los productos andaluces. Son más los productos que importan de otros lugares, que los oriundos de aquí. Incluso las frutas y hortalizas, que aquí son de excelente calidad, son más nutritivas porque tienen más horas de sol e incluso resultan más económicas, vienen muchas de fuera. Hasta se ha detectado que se importa el aceite de otros países, cuando todo el mundo sabe que el aceite de Andalucía es el mejor del mundo. Si estas grandes superficies optaran por aumentar el consumo de nuestros productos, se generarían muchos puestos de trabajo y en Andalucía decrecería la pobreza. Por ello animamos también a comprar en los pequeños establecimientos que ofrecen productos de la comunidad.

¿Andalucía sería más próspera si promocionásemos el consumo de sus productos?
– Andalucía tiene un enorme potencial para producir mucho más de lo que actualmente produce. Cuanto mayor sea la demanda, en esa proporción habrá de elevarse la producción. Ello significa más puestos de trabajo y, por tanto y en principio, un importante decremento del índice de pobreza. Así, a medida que aumentara el consumo de los productos andaluces, decrecería el de los productos ajenos a nuestra tierra. Con el tiempo, a medida que disminuyera el desempleo gracias al autoconsumo y la promoción exterior de los productos andaluces, se elevaría la renta per cápita y Andalucía sería verdaderamente una de las autonomías más ricas de España, que bien lo merece.

Con tanta potencial riqueza del campo andaluz, ¿por qué cree usted que son tan escasas las industrias alimentarias?
–Dejando aparte la industria aceitera, la de fabricación de mantecados y otros típicos productos, así como la crianza y envasado de  vinos andaluces, la escasez de industrias alimenticias se debe a que no consumimos nuestros propios productos, ni tampoco los promocionamos en el exterior. Por otro lado, la mayoría del dinero que aquí se genera no se queda en Andalucía. Pongamos un ejemplo, los roscones de Reyes. Unos se fabrican aquí y muchos más vienen de fuera. Los roscones generan unos 60 millones de euros en Andalucía, pero tan solo 6 millones quedan dentro. 

¿Tienen suficiente apoyo  de las instituciones?
–Ninguno. Ni lo tenemos, ni lo esperamos, ni lo deseamos. Los mismos perros con diferentes collares. Lo único que ocurre es que unos llevan corbata y otros se la dejan en el perchero de su casa. La excepción confirma la regla. 

De las numerosas reivindicaciones que han llevado a cabo ¿cuáles cree que han sido más importantes o cuales han tenido mayor repercusión?
–Al menos la más dura fue la caminata que nos dimos desde Benalmádena al Parlamento de Andalucía (Sevilla) por la periferia en la que recorrimos 315 kilómetros seis personas en 2004. Tardamos ocho días en llegar. Con un decálogo con diez propuestas, apoyo a los productos andaluces desde las propias instituciones y la aprobación de un nuevo estatuto de autonomía que nos llevase a la autodeterminación. Cuando llegamos a Sevilla, los anarquistas peligrosos, revolucionarios, indecorosos y con acento andaluz que éramos fuimos custodiados por 11 policías de la secreta. En el Parlamento había decenas de medios de comunicación esperándonos y no había ni un solo parlamentario, ni un solo diputado para ofrecernos un vaso de agua y una silla donde sentarnos. Esto ocurre en cualquier otra comunidad de España y el Parlamento con su presidente o presidenta van todos a la cárcel.
Conseguí en estos 28 años que los productos andaluces sean signo de calidad y categoría y no una marca blanca como pretenden las grandes superficies e instituciones.  Hemos sido multados, detenidos y amenazados por promocionar los productos andaluces. Málaga capital, Cabra (Córdoba) y Sevilla, entre otros. 

Usted es vecino del municipio desde hace muchos años y tiene una calle a su nombre en Benalmádena y otra en Torremolinos…
– Tengo una calle con mi nombre en Benalmádena y otra calle en Torremolinos. Inaugurada el 24 de agosto de 2013 en Benalmádena y el 24 de agosto de 2015 en Torremolinos. La de Benalmádena propuesta por IU y el grupo independiente UCB e inaugurada por la alcaldesa del PP, Paloma García Gálvez, y la segunda propuesta por Pedro Fernández Montes (PP) e inaugurada por José Ortiz (PSOE).

Más tarde funda el Liceo Blas Infante Torremolinos, ¿qué es este espacio exactamente y que objetivos tiene?
–El último Liceo que se abrió en Andalucía fue en calle Sierpes (Sevilla) en 1928 por Blas Infante y varios compañeros. Ochenta años después el andalucismo representado por Bartolomé Florido inaugura este centro para que las voces que no pueden ser oídas en Andalucía, porque las instituciones lo prohíben se puedan oír aquí. Establecer debates, tertulias, conferencias y presentar a personajes más o menos conocidos que hayan aportado algo en pro de mi tierra. Esta es la casa del pueblo de la cual habla el padre de la patria andaluza en sus memorias, que decía “Y no se necesitará carnet de partido alguno para expresar mis ideas por la dignidad, la igualdad, la fraternidad y el bien común”. En el Liceo con sus fotografías, libros y manuscritos representa lo mejor, lo peor de los andaluces. 

¿Defiende Torremolinos la cultura andaluza?
–Desconocen lo que es eso.

Torremolinos cambió no hace mucho  su gobierno municipal, ¿nota usted los cambios que están teniendo lugar en la localidad?
–Totalmente, han hecho una rotonda y han tirado tres muros dentro del propio ayuntamiento. Pero, es muy pronto para juzgar con objetividad.

¿Cree que recuperará Torremolinos su esplendor?
–Torremolinos los, que llevamos 53 años en este municipio sabemos perfectamente que la edad de oro es un cuento chino. Esa “edad de oro” fue para unos pocos. Los trabajadores operaban 15 y 16 horas diarias para llevarse un triste sueldo a sus casas. Pero, la limosna de la propina era lo que compensaba hasta llegar a un sueldo digno. Si dios existe debería castigar a todos aquellos que hablan de aquel hipotético e histórico paraíso. Yo tenía 11 años y trabajaba en un bar fregando platos y vasos las mismas horas que años tenía. No cobraba sueldo, solo las propinas. No me sentía explotado, porque todos éramos víctimas de la “edad de oro”, para algunos.

¿Qué medidas cree usted que habría que tomar para mejorar aún más?
–Hay muchos arquitectos, urbanistas y políticos, que ganan muy buenos sueldos que podrían responder mejor que yo.

Se acaba el año, ¿cuál es su mayor deseo ahora mismo?
–No tener que echar 20 euros diarios sueltos en el bolsillo para socorrer a los que lo piden. Y la caridad, que tan aficionados son a ella se convierta en justicia. Y para comerse un plato de comida caliente nadie crea que está regalando nada. Decía Gandhi: “Una nación donde el ciudadano no tiene un techo donde dormir, una manta para abrigarse y tres comidas al día, no merece ser llamada nación”. ‘¿Yo? ¡Producto Andaluz!’ es una filosofía de vida más que una asociación.

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