Nueve y veinte de la mañana. Costaba verle, pero era él. Después de 15 meses en Puerto III Pedro Pacheco abandonaba por unas horas la prisión para afrontar el que a priori es su juicio más complicado y el primero que afronta desde que el 24 de octubre de 2014 su vida diera un giro radical tras ser detenido a las puertas de su casa para cumplir su condena de cinco años y medio. Se enfrenta a una petición de siete años de cárcel por las presuntas irregularidades de la venta de la antigua estación de autobuses por amañar supuestamente esta operación. Tenía buen aspecto y vestía ropa cómoda: una chaqueta de ante, pantalón vaquero y calzado sport. La suya era la imagen más buscada del día por todos los gráficos, que no lo tuvieron nada fácil para captar el regreso a la vida pública del que fuera alcalde de Jerez durante más de dos décadas.
A su llegada a la Audiencia Provincial en el furgón policial ya se atisbaba que iba a ser complicado y las cámaras se tenían que conformar con disparar desde 80 metros. Ya en la sala más de lo mismo. Había orden expresa del tribunal de que las fotos fueran de espalda, y lo máximo que lograron captar los fotógrafos en el mejor de los casos fue el perfil de Pacheco, ya que no se autorizaron imágenes de frente ni del histórico andalucista, ni de los otros seis imputados que le acompañaban en el banquillo. De esta forma, a cada gesto de Pacheco, se sucedían los “disparos”, y lejos de lo que nos tiene acostumbrado, él permanecía tranquilo y con semblante serio hasta el final del juicio, sin girarse a buscar la complicidad de sus incondicionales en momento alguno. Solo se le vio más relajado cuando abandonaba la sala y saludaba sonriente a una simpatizante que se le acercó para saludarle y darle su apoyo antes de ser conducido de nuevo al furgón policial que lo llevaría de vuelta al centro penitenciario. Habían transcurrido tres horas dedicadas a debatir las cuestiones previas, que estuvieron monopolizadas en casi todo momento por la solicitud de nulidad del interrogatorio de uno de los tres testaferros imputados, realizado en julio de 2009 planteada por las defensas, así como otras actuaciones al entender que podrían incurrir en indefensión para sus patrocinados.
Pelayo sí comparecerá
También que pidieron la prescripción de algunos delitos. La Fiscalía, por su parte, además de demandar la comparecencia de un nuevo testigo, un funcionario de la Agencia Tributaria, renunció a la prueba testifical de la exalcaldesa Pilar Sánchez, adhiriéndose también la acusación popular, ejercida por Emusujesa, la empresa municipal del suelo, en la persona del abogado Juan Pedro Cosano. Ambos la propusieron en su día y entienden ahora que su testimonio es “bastante irrelevante”. “Ella no sabe nada de esto y así consta en su declaración por escrito que hizo en su día”, apuntó Cosano.
Unos argumentos que no compartieron algunas defensas, como es el caso de la de Pacheco, ejercida por Javier Coveñas. Se mantiene, sin embargo, la declaración de la también exalcaldesa María José García-Pelayo como testigo, también en el punto de mira por la trama Gürtel y por la que está siendo investigada. Y es que no hay que perder de vista que los hechos por los que Pacheco ha vuelto al banquillo ocurrieron entre 2004 y 2006, en una etapa en el que fue teniente de alcaldesa primero de García-Pelayo y después de Sánchez, en virtud de dos pactos. Ahora el tribunal deberá resolver todas estas cuestiones y comunicará hoy a las 10.00 horas a las partes su decisión. A continuación, comenzarán las declaraciones de los imputados, estando previsto que en primer lugar declare el entonces gerente de Emusujesa, para el que piden 6 años de prisión y a continuación Pacheco. El juicio, que se alargará hasta principios de febrero, se articula en tres sesiones semanales y reunirá a más de 60 testigos.