El tiempo en: Sevilla

Jerez

Natalia de Molina y su Goya rumbo a Jerez y La Granja

Daniel Guzmán y Pablo Alborán ‘birlaron’ a Juan Miguel del Castillo y Daniel Quiñones y Miguel Carabante, respectivamente, el Goya por ‘Techo y comida’, en una edición muy reñida por la calidad de los trabajos nominados

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai

Le dijo Dani Rovira a Natalia de Molina que como ganara el Goya a mejor actriz en Jerez le iban a “dedicar una rotonda. Bueno, una rotonda no porque no cabe, pero que sepas que en “Jerez están locos contigo”. Natalia lo sabe. Lo que no podía imaginar es que unos minutos después estaba dedicándole el premio a la barriada de La Granja. Porque sí, porque ella, Natalia de Molina, la Rocío de Techo y comida, es la mejor actriz del cine español del último año.

Y no sólo nos contagió sus emociones con su papel en la película, sino que pudo con todos nosotros a la hora de recoger el premio e improvisar un discurso en el que incluso hizo una reverencia a sus compañeras nominadas. Al principio ni atinaba a decir palabra: “Madre mía. ¿Esto es de verdad? Me pasan cosas de película”. Y miraba a Juliette Binoche, a Tim Robbins, a Penélope Cruz, a Inma Cuesta.

Como consumida por la emoción, hasta que le brotaron del corazón las palabras esperadas: “Hemos ganado con los personajes que hemos hecho este año. El cine gana cuando se le da espacio a las mujeres, que somos muchas. Porque amamos el cine y todos venimos del vientre de una madre”. Ahí fue cuando se dirigió a su madre -“tú eres mi Rocío”- y cuando se dirigió a Juan Miguel del Castillo, por el “regalo que me has hecho. Es un sueño. Cualquier actriz daría lo que fuese por hacer un papel así, además con tu mirada libre. Eres necesario”. También se acordó de su niño en la película, Jaime, y de Jerez, y del barrio de La Granja, “donde tienen que estar dando botes de alegría en este momento”. El placer, sin duda, ahora, es el nuestro.


Lo cierto es que nunca hasta ahora como anoche se había seguido con tanta atención la celebración de la gala de los Goya del cine español desde Jerez. La causa estaba justificada, la película Techo y comida, primer trabajo en el mundo del largometraje del jerezano Juan Miguel del Castillo, y rodada íntegramente en Jerez. La cinta aspiraba a tres candidaturas, la de mejor actriz, para Natalia de Molina; mejor dirección novel, para Juan Miguel del Castillo; y mejor canción original, para los también jerezanos Daniel Quiñones y Miguel Carabante. 

La expectación inicial acabó bastante pronto, ya que el premio a la mejor canción fue el primero que se desveló en la gala, y el de dirección novel también se entregó dentro de la primera hora y en ninguno de los casos fue para la cinta jerezana. No hubo suerte. No se puede definir de otra forma, ya que ni los compositores ni el realizador jerezano tienen nada que envidiar a las obras premiadas. El nivel de este año en ambos casos era excelente.

En el caso de la canción original, el premio se fue para Lucas Vidal y Pablo Alborán, por el tema central de Palmeras en la nieve. De Pablo Alborán poco más se puede decir, aunque sea ésta su primera incursión cinematográfica, mientras que Lucas Vidal es una de las nuevas grandes sensaciones dentro de la composición cinematográfica; de hecho, también se llevó anoche el Goya a la mejor banda sonora por Nadie quiere la noche.

Y si los créditos de nominados a mejor canción ya llamaban la atención, tomen de ejemplo el de mejor dirección novel: Daniel Guzmán por A cambio de nada, también nominada a mejor película; Dani de la Torre, por el thriller El desconocido; y Leticia Dolera, por la divertida comedia Requisitos para ser una persona normal. El ganador fue Guzmán, que compartió con los otros candidatos, con mención expresa para Juan Miguel del Castillo, el premio. Como apuntó Guzmán en su discurso, “ya era un premio estar entre los cuatro nominados: son cuatro películas de entre las 140 que se realizaron en España el año pasado”. Además, aludió a la satisfacción del momento “con lo difícil que es hacer cine. Es muy duro. Siempre pensamos en estrenar, en que todo vaya bien, en la distribuidora, y hoy llegamos al final del camino”.

El premio lo entregaron los directores Manuel Gómez Pereira e Iciar Bollain, que también realizaron un reconocimiento a Manuel Gutiérrez Aragón por la presencia de nuevo de un cineasta en la Academia de la Lengua.

Juan Miguel del Castillo, de smokin, presenció la gala desde una posición privilegiada, en la butaca de pasillo de la fila tres, por delante del ya veterano realizador -y ayer nominado a actor revelación- Fernando Colomo, y cerca de Javier Cámara, que fue otro de los galardonados de la noche. A su lado, su pareja, y los dos compositores jerezanos.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN