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El drama del abandono animal en Málaga

La Protectora recoge en los primeros seis meses del año 708 perros, 172 gatos y hasta 35 gaviotas. Reivindica la esterilización y penas más duras para dueños

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Para muchos, en los planes de vacaciones no tiene cabida la mascota. Con la llegada del verano se disparan los casos de abandono. Lo sabe bien la Protectora de Animales de Málaga que teme a esta época. Solo en los seis primeros meses del año han recogido casi un millar de animales abandonados, 708 perros, 172 gatos y hasta 35 gaviotas. El refugio sigue saturado, con cheniles llenos, provocando que en muchas ocasiones se vean obligados a aceptar “solo los casos más graves”, explica la presidenta Carmen Manzano. Pero los casos siguen llegando hasta la misma puerta, en camadas enteras.

“Hace falta obligar a la esterilización, concienciar en adoptar antes que comprar y, sobre todo, penas más duras para los que abandonan y maltratan”, reivindica, esta animalista que lamenta que pese a las denuncias sigan en activo zulos y criaderos ilegales que no hacen más que empeorar un drama que no cesa.. Sostener un espacio así, sin apenas ayudas, requiere echar muchos números. Manzano lamenta que únicamente reciben 30.000 euros al año del Ayuntamiento “y la Diputación nos donó hace poco un nuevo quirófano”. La solidaridad de los malagueños hace posible que muchos tengan una segunda oportunidad. Pero queda mucho camino.

La Prote pone en marcha un ‘gaviotero’

Perros, gatos, conejos, palomas y... ahora, también gaviotas. El colectivo ha acondicionado un chenil del refugio como un ‘gaviotero’ improvisado, tras recibir un aluvión de pollos caídos del nido. “La gente los encuentra y nos los traen, aunque es algo de lo que debería ocuparse la Junta al ser aves”, cuenta. En el refugio crecen hasta que son lo suficiente mayores. Entonces los anidan y los llevan hasta la playa de la Caleta de Vélez-Málaga, donde emprenderán su primer vuelo en libertad. Como Dino, que ha estado en casa de Francisco José dos meses, “alimentado con boquerones y calamares”. Hoy han regresado a la Protectora a visitarlo, “lo reconocemos por el alita”, nos apunta, y a hacerse socio. “Le hemos cogido mucho cariño en casa y queremos contribuir”, explica.

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