La campaña de la Confederación Española de Padres y Mares de Alumnos (CEAPA) lanzada el pasado jueves 22 de septiembre contra los deberes escolares que propone 'un noviembre sin deberes los fines de semana' ha reactivado el debate sobre estas tareas extraescolares en la comunidad educativa, pero también a nivel político.
Mientras PSOE y Ciudadanos se muestran partidarios de regular los deberes, Podemos cree que hay que cambiar la metodología docente para acabar con ellos y PP considera que este asunto es competencia de docentes y centros. Sin embargo, todos coinciden en que es una cuestión sobre la que hay que reflexionar y debatir. Así se lo han hecho saber a Europa Press los portavoces de Educación en el Congreso de los Diputados de las cuatro formaciones políticas.
La diputada 'popular' Sandra Moneo advierte de que "ser insumiso frente a los deberes no es el mejor mensaje que se le puede lanzar a los alumnos" y señala, además, que "empeñarse en regularlo todo" y limitar la capacidad del docente, se traslada, a su juicio, "un mensaje de desconfianza contraproducente para la mejora del sistema educativo".
"Los deberes deben ser un instrumento que permita reforzar aquello que el alumno ha aprendido en clase y a crear hábito de estudio", señala la portavoz de Educación del PP, que admite, no obstante, que "cuestión diferente" es que los deberes sustituyan el trabajo en el centro, pues "es ahí donde hay que reflexionar".
Para el nuevo representante del PSOE en la Comisión de Educación en la Cámara baja, Manuel Cruz, limitar la discusión a "deberes si, deberes no" es "una simplificación" y afirma que debe plantearse, sobre todo, en los centros con las familias y con las comunidades autónomas, pero también opina que los políticos "deben entrar" en este debate.
"Hay que regular los deberes en el marco de una nueva ley educativa, como hacen los países de nuestro entorno: En Francia están prohibidos, en Finlandia no hay deberes en Primaria y en Secundaria se limitan a 30 minutos", subraya.
HAY MÁS DEBERES CON LA LOMCE
Cruz recuerda que los alumnos españoles dedican más horas a los deberes que la media de la OCDE y, sin embargo, sus resultados "no están a la altura". "Esto demuestra que es absolutamente ineficaz", afirma. También opina que con la LOMCE los alumnos "llevan mayor carga de deberes a casa" porque con el currículum es más extenso y, según alerta, "no da tiempo a desarrollarlo en clase".
Otra de las cuestiones sobre las que pone el acento el diputado socialista es que el exceso de deberes, "lejos de favorecer la equidad, la perjudica" y explica que hay niños de familias con un nivel sociocultural bajo que no pueden ayudarles a completar los trabajos que les manda el profesor para casa porque no tienen conocimientos para ello y tampoco tienen dinero para pagar una academia o un profesor particular.
La portavoz de Educación de Ciudadanos en el Congreso, Marta Martín, valora la campaña de CEAPA, no porque crea que hay que llamar a la insumisión, sino porque ayuda a "fijar la atención pública sobre un tema muy importante". Cree que hay que hacer "una reflexión profunda" del tema "huyendo de la confrontación" y presume de que Ciudadanos ya ha liderado este debate en varios parlamentos autonómicos.
"Hay que poner este tema en la agenda pública", insiste Martín, que considera que hay que negociarlo en el seno de la subcomisión en la Cámara baja para el pacto educativo. No obstante indica que en este debate juegan un papel fundamental los departamentos de orientación pedagógica de los centros educativos, las familias y los profesores. "No planteamos la eliminación radical de los deberes, sino que se adapten a la etapa educativa, a la edad del alumno y a su contexto", subraya.
Desde Podemos, su portavoz en materia educativa, Javier Sánchez, se declara "muy en sintonía" con el planteamiento de CEAPA y considera que los deberes "no funcionan" porque no tienen efecto en la mejora de los resultados, como "demuestran" los informes internacionales. Además, insiste en que estas tareas abundan en la "discriminación" del alumnado de familias con bajo nivel socioeconómico y cultural.
"Hay que repensar la metodología docente, que no debe basarse sólo en la transmisión de conocimientos, sino que debe tener el peso la práctica en el aula y no en casa", sostiene este diputado de la formación morada, que opina, al igual que el portavoz del PSOE, que el tema de los deberes, y sobre todo, el cambio en la forma de enseñar en las aulas, debe ponerse sobre la mesa en las negociaciones para una "nueva ley educativa".
15 AÑOS SIN MANDAR DEBERES A SUS ALUMNOS
En medio de este debate salen a la luz colegios contrarios a las tareas fuera del aula y cuyos responsables celebran que tras las iniciativas en parlamentos autonómicos para limitarlas o las propuestas de boicot a los deberes por parte de algunos colectivos "se estén tomando cartas en el asunto".
Así opina el gerente, profesor y socio del colegio bilingüe Khalil Gibran de Fuenlabrada (Madrid), Juan Carlos García, cuyo centro lleva más de 15 años defendiendo que "los deberes en casa, tal y como se conciben normalmente, lejos de ser útiles, son perjudiciales para el aprendizaje de los chicos".
Desde su experiencia como responsable de este centro educativo, García asegura a Europa Press que la ausencia de tareas en casa "no sólo no ha bajado el rendimiento" de su alumnado, sino que éste obtiene resultados "por encima de la media" en las evaluaciones de diagnóstico que realiza la Comunidad de Madrid.
"Llama la atención que aún el debate se centre en términos de por qué no tienen que hacer deberes los alumnos y no que estos tienen actividades importantes que realizar en ese tiempo con su familia", advierte este profesor, que pone como ejemplo preparar la merienda con sus padres, ver películas y documentales juntos, jugar, leer o contar con tiempo para exponer problemas y buscar juntos soluciones.
Desde este colegio esgrimen cuatro razones en contra de los deberes: No dejan tiempo para jugar; el impacto sobre el resultado académico es mínimo e inexistente en Primaria; puede llegar a provocar discusiones familiares y rechazo a la escuela; y las ocho horas diarias al colegio es un tiempo más que suficiente para que al profesor le dé tiempo a enseñar los contenidos.