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Las últimas cartas desde el Holocausto

Para muchos destinatarios, fueron también los últimos saludos y mensajes de sus seres queridos, recuerda el centro que aporta fotografías

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  • Holocausto. -

"Si es niña, llámale Raquel", pidió Meier Vieijra a su mujer en una misiva de 1941, un deseo manuscrito que aparece en la exhibición virtual de las últimas cartas de víctimas del Holocausto con motivo del Día Internacional que les rinde tributo hoy.

"Es una de las que hemos recibido para esta muestra, desde Holanda, que ahora se puede consultar desde cualquier parte del mundo", explica a Efe Yona Koba, investigadora del Museo del Holocausto Yad Vashem y encargada de esta exhibición que pretende además aportar un espacio de intimidad al usuario interesado en conocer el genocidio del pueblo judío a manos de los nazis.

Kobo resalta el carácter manuscrito de los documentos: "La escritura a mano es una de las formas de expresión más íntimas y personales y nos aportan una pequeña ventana a la vida de estas personas, las dificultades que pasaron, lo que vivieron y qué fue lo último que supieron sus familias de ellos".

De las más de 190 millones de páginas de documentación que guarda este centro, la mayor colección del mundo, miles de ellas son cartas redactadas a mano por niños y niñas, hombres y mujeres de los seis millones de judíos que fueron asesinados de forma sistemática y premeditada durante la Segunda Guerra Mundial (1939 y 1945).

Para muchos destinatarios, fueron también los últimos saludos y mensajes de sus seres queridos, recuerda el centro que aporta fotografías y audios de la lectura de las cartas.

Como la petición de Vieijra, arrestado en febrero de 1941 en las escaleras de su apartamento, que siete meses después escribió a su mujer antes de morir en el campo de concentración de Mauthausen, en Austria. Su hija se llamó Raquel.

Como las palabras escritas por Hersch Paluch de 13 años, desde el gueto polaco de Kónskie, que recibió su madre Helena en Argentina, hoy donadas al Museo del Holocausto de Jerusalén.

Israel tiene su propio aniversario y conmemora este día una semana antes del día de su Independencia de acuerdo al calendario hebreo, este año en abril, pero Koba explica que algunas instituciones del país también se unen al evento global porque "no sobran días para recordar lo que nunca se debe volver a repetir".

Entre los actos en recuerdo a las víctimas de la Shoá (Holocausto, en hebreo), unos 50 embajadores y diplomáticos extranjeros en Israel, asistieron ayer a un encuentro con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en el Yad Vashem.

"Este día de conmemoración y memoria de las víctimas está lleno de significado. Con él cumplimos nuestra obligación de no olvidar nunca y recordar que cada víctima tiene detrás una historia, una familia, una infancia, un futuro cercenado", les dijo.

"Y cuando uno camina por las salas de Yad Vashem puede ver estas historias individuales", subrayó,

"Las últimas cartas desde el Holocausto 1941", presentadas en inglés y hebreo, se suma a otras exhibiciones en línea del centro, reunidas en una página web, en una apuesta por acercar la "información de esta tragedia y sus significados a la sociedad global de hoy".

Desde la semana pasada, los canales virtuales del Museo muestran además, en lengua española, los álbumes infantiles de ocho niños que idearon y dibujaron en guetos, campos de concentración, en la clandestinidad o mientras huían en diferentes países de Europa y Asia

Las ilustraciones y los textos se pueden "ojear" virtualmente con información adicional.

Kobo también destaca la reproducción multimedia del pasado año 2016 sobre la marcha de mujeres a Volary, en Checoslovaquia, no lejos de la frontera con Alemania y Austria.

Explica con testimonios de supervivientes, entre los que aparece su madre Hanah Kotlicki, cómo 350 prisioneras de 1.300 sobrevivieron a una caminata de 890 kilómetros durante 106 días, hostigadas por generales nazis.

El suceso ocurrió en enero de 1945, cuando prisioneras judías fueron evacuadas de un campo de concentración en Polonia, y obligadas a realizar una de las conocidas "marchas de la muerte", en las que murieron cientos de miles de personas.

La recién estrenada campaña virtual de cartas privadas quiere este año contribuir a reivindicar la memoria de estas víctimas desde "el mundo interior" de quienes sufrieron el Holocausto, asegura Koba.

Unos 190.000 supervivientes quedan en un país que se niega a olvidar la mayor catástrofe sufrida por el pueblo judío, un suceso que ha dejado marcadas varias generaciones y que está presente en la rutina individual y colectiva de sus ciudadanos.

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