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San Fernando

Denuncia presiones del aparato del PSOE para que avalen a Susana Díaz

La diputada por Madrid y ex militar, Zaida Cantera, dice que lo que hicieron con Pedro Sánchez fue un acto de "traición, sedición, golpe de estado..."

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Zaida Cantera de Castro no se siente víctima de nada. A pesar de lo pasado y de enfrentarse a todo el estamento militar de España. A pesar de ganar, pero terminar dejando de ser militar, al menos provisionalmente, poque los test psicológicos a los que fue sometida tras varios años de presión dieron como conclusión que en esos momentos no cumplía todos los requisitos para desempeñar su labor.

En 2012 le dieron la razón, en una sentencia poco esperada, y condenaron a un teniente coronel por acoso sexual a la entonces capitán del Ejército de Tierra. A partir de ahí todo el aparato de las Fuerzas Armadas se lanzó sobre ella y dos años de pleitos dieron como consecuencia ninguna condena, pero tuvo que salir de lo que fue su vida y de lo que fue su lucha de juventud, vestir el uniforme militar.

Hija de padre comunista y madre más cerca del socialismo, nunca encontró oposición a conseguir sus metas por parte de sus familias, aunque la vida le tenía reservada otras sorpresas. No agradables.

Pero no se siente víctima de nada. Ni de lo ocurrido en en el Ejército ni de lo ocurrido después, cuando la cesaron como viceportavoz de la Comisión de Defensa. Por que Zaida Cantera entró en política en 2015 y salió diputada por Madrid -ella es de Vallecas- en las dos elecciones en las que fue Pedro Sánchez el candidato socialista.

Sí reconoce que la ficharon para la política porque en aquellos tiempos era una persona mediática. Pero luego ha demostrado que el carácter que la llevó a lucir tes estrellas de seis puntas en el hombro y terminar con una de ocho puntas, como comandante, se refleja en todo lo que dice y hace, en cada movimiento y cada palabra.

Porque la formación de una persona -dice en la entrevista- influye en su vida, en lo que es y en lo que será. Dice que es una política “políticamente incorrecta” y lo demuestra a lo largo de la conversación, apenas media hora después de terminar un acto de apoyo a Pedro Sánchez en San Fernando.

Votó contra la investidura de Mariano Rajoy y eso tuvo sus consecuencias. Pero de consecuencia de sus actos sabe Zaida Cantero. Y no las teme.

—Mis padres me enseñaron a luchar por lo que considero correcto, por mi dignidad, por mis principios... Mi dignidad como persona, como mujer y como militar. Me enseñaron a luchar por todo aquello a lo que aspiro y a una de las cosas a la que aspiro es a moverme con dignidad por este mundo.

Usted votó en contra de la investidura de Mariano Rajoy.
—Yo voté no porque durante dos campañas electorales lo que prometí es que no apoyaría al Partido Popular y a Rajoy. Y más en Madrid, que en el propio comité regional se votó que no. Los militantes me dijeron que había que votar no a Rajoy. Yo podría haber valorado en algún momento, como persona, si me podía abstener o no. Pero yo estoy en un partido como individuo aislado. Cuando a mí me eligen como diputada no me eligen para que yo me preocupe por mi hipoteca; me eligen para que me preocupe por las hipotecas de los ciudadanos y de las ciudadanas. Cuando yo estoy sentada en el sillón del Congreso de los Diputados represento a la sociedad que me ha elegido y los hombres y mujeres que a mí me eligieron me dijeron que tenía que votar que no. Mi lealtad se debe a ellos.

Usted no votó no por solidaridad con Pedro Sánchez.
—Si hay una cosa que tengo clara en este mundo es que no tengo ni dueño ni señor. Actúo en virtud de mis principios. El que considere que yo voté no por Pedro Sánchez, está muy equivocado o a mí no me conoce en absoluto. Para mí hubiera sido mucho más fácil abstenerme y quedarme en un sillón cómodamente y tirarme cuatro o seis, ocho o veinticuatro años sentada, que es como hacen algunos. Pero yo no he llegado al PSOE para votar lo que algunos me digan porque así me puedo ganar un sueldo o un sillón. Yo estoy ahí para cambiar las cosas, para transformarlas. El Partido Socialista se creó para transformar la sociedad, no para ser connivente con la derecha del PP, con la corrupción, con la burguesía ni con la riqueza. Ni siquiera con el capitalismo. Vino paa ponerse entre medio de los pobres y de los ricos para que hubiera una redistribución de la riqueza. Por eso voté no. Porque esos son mis principios y que no venga nadie a ofrecerme lo que quiera porque no iré contra mis principios. Que se busquen a otra persona.

Desde el punto de vista de una militar, ¿cómo se le puede llamar a lo que hicieron con Pedro Sánchez?
—Traición. Si una persona es elegida por los militantes y es derrocada por unos cuantos,  eso es incluso sedición, traición, golpe de estado... Soy una persona política incorrecta y no estoy aquí para edulcorar los hechos. Cuando un grupo de quice personas, arropadas por unas quince o veinte, se reúnen para derrocar -la palabra derrocar no la he dicho yo, la ha dicho Javier Fernández, el que comanda la Gestora- ...derrocar al secretario general de  PSOE cuando ha sido elegido por más de cinco millones de votantes; elegido para poder ser presidente de España; cuando todavía no tenemos elegido ningun presidente..., cuando llegan unos cuantos  y en connivencia deciden, inventándose además una serie de patrañas y tribulaciones, derrocar al que has puesto tú como aspirante paa ser presidente del Gobieno, ¿eso cómo se llama? No sólo estás influyendo en las decisiones de tu partido; es que has influido en la posible dirección de un país.

Gobierna el PP y vemos que la derecha cada vez tiene más apoyo -al menos en las encuestas, porque no ha habido unas terceras elecciones- pero a la izquierda le sigue pasando lo que siempre. Frente al bloque monolítico de la derecha está una izquierda tremendamente fragmentada.
—Históricamente la izquierda ha estado siempre más fragmentada. Incluso desde el punto de vista militar se dice que la Guerra Civil la se perdió por esa división interna de la izquierda frente al bloque monolítico del nacionalismo. Es cierto que hay una división y tenemos que hacer autocrítica. Cómo después del Gobierno de (José Luis Rodríguez) Zapatero, que tuvo unas políticas sociales muy buenas, perdiéramos seis millones de votos con (Alfredo Pérez) Rubalcaba. Y algunos hablan de Pedro Sánchez. Por otro lado y al contrario que en otros países europeos, tenemos una única derecha, que es lo grave. Tenemos a gente que es de extrema derecha y levanta todavía el brazo, dice viva Franco y canta el Cara al sol. Y nos hemos abstenido ante ellos. 

Pedro Sánchez ha tenido menos votos en cada elección, pero también es verdad que Rubalcaba no contaba en frente con Podemos, una fuerza emergente que todavía ha troceado más lo que quedaba de izquierda.
—Esa es la clave. Cualquier sociólogo, cualquier persona que quiera hacer una lectura medianamente inteligente y sincera, cogería los contextos. Y no es lo mismo el contexto de bipatidismo exclusivo que existía hace unos años que ahora mismo cuando hay cuatro partidos políticos fuertemente representados. En estas circunstancias tienes que ser sincero a al hora de leer las estadísticas, el panorama es distinto (al que tenía Rubalcaba) porque nos encontramos con cuatro grupos políticos. Pero yo quiero decir una cosa, la gran masacre de votos del Partido Socialista se produjo después del Gobierno de Rodríguez Zapatero y cuando se presentó Rubalcaba. Esa bajada se estabiliza con Pedro Sánchez y sólo en Madrid subimos cinco puntos; el Partido Socialista Catalán (PSC) que se mantuvo en el no es no, ha subido siete puntos en las estadísticas... Pero saliendo de España, en Portugal se ha unido la izquierda y ha subido al 40 po ciento; en Holanda la izquierda, que podría representar al PSOE, se ha unido a la derecha y ha bajado y quedado con un ocho por ciento de votos. Vamos a hacer una lectura adecuada, no sesgada, de los números y quién y cuándo se perdieron los votos. Se perdieron cuando el PSOE dejó de ser coherente, dejó de aplicar políticas sociales, cuando rompió con aquello que había prometido.

¿Y ahora?
—Eso es lo que se quiere recuperar; ese es el proyecto de Pedro Sánchez. Y no sólo de Pedro Sánchez, sino de todo el equipo que rodea a Pedro Sánchez, de todos los militantes que están en la página web, más de 98.000 aportaciones.

Una ruptura como esta, con tres candidatos... ¿Da tiempo a recomponer el partido antes de las próximas elecciones o va a haber muchos rencores, mucha falta de integración por activa y por pasiva...?
—Lo primero que ha dicho Pedro Sánchez es que será leal con el secretario o la secretaria general que se elija. Lealtad. La lealtad es la unidad y sin lealtad no hay unidad o no será real. Existirán esas tricuñuelas y tejemanejes que se han intentado hacer y se han hecho paa de nuevo derrocar al secretario general. Yo estoy convencida de que el PSOE quedará unido con el libre ejercicio del voto de los militantes, pero un ejercicio que sea transparente, sin presiones del aparato como las que están habiendo, llamadas de teléfono para que se firmen avales y si no firmas avales que tengan cuidado que los presupuestos tuyos o la dotación económica parten de mí, etc. Si el ejercicio del voto es libre, los militantes socialistas son demócratas ante todo y respetarán lo que elija la militancia.

¿Por qué en España no pueden gobernar la derecha y la izquierda cuando el PSOE podría estar haciendo sus políticas en este Gobierno?
—Dime un país donde en un pacto de derecha e izquierda las políticas de izquierda no hayan sido absorbidas por la derecha, donde la izquierda no haya sido connivente con esa derecha. Lo han pagado en Grecia, en Holanda, en Alemania, lo están pagando en Francia. Cuando la izquierda pacta con la izquierda como en Portugal no sólo les va bien, sino que encima, crecen. Nos hablas de los datos macroeconómicos, que los países crecen. A mí que gane Zara, Mercadona, El Corte Inglés... miles de millones, cuando sus trabajadores después de salir de esos trabajos tienen que buscarse otros... ¿Qué España va bien? ¿La de los ricos? La izquierda y la derecha pueden llegar a pactos a nivel nacional, antiterrorista, de seguridad general... Pero son antagónicas en las políticas sociales, no pueden gobernar juntas sin que una de las dos ceda. Y lo que está ocuriendo es que en este país la izquierda ha cedido en exceso, hemos perdido el estado del bienestar que conseguimos en la Transición.

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