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El comedor de la Guardería Municipal, más de mes y medio sin servicio

El cierre de éste muestra el lado menos excusativo para que Bienestar Social, Urbanismo y Educación (los tres bajo el mismo color político) hallen una solución

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  • Guardería Infantil Municipal -
  • La cuantía de dicho informe está tasado en 1.500 euros que separa la validación oficial

Señalada por propios y extraños, Bienestar Social vuelve a no estar a la altura de las circunstancias a tenor de las repetidas polémicas que viene suscribiendo de un tiempo a esta parte. Una de las áreas que atesora su perfil más social focaliza un mal que no augura su mejor discurrir ni su entredicha gestión, siempre bajo la lupa de la incomprensión y muchas veces, demasiadas, en el disparadero de no cumplir con lo estrictamente necesario y útil para la comunidad más necesitada.

Si meses atrás eran sus propios trabajadores, otros de los sufridores de la pésima realidad con la que deben luchar en el día a día, o los usuarios que demandan atención ante la escasa respuesta que se debiera ofrecer, satisface de manera generalizada.

Bienestar Social estaba llamada a convertirse, en su génesis de ser, en un auxilio para los más necesitados, y por desgracia no siempre ha sabido ejecutar sus políticas más asistenciales ni resolutivas, en una gestión que no convence por el cariz que ha tomado en su discurrir diario.

Otro de los capítulos que se le acumula y suma es el cierre del comedor de la Guardería Infantil Municipal de la Avenida de Micaela Aramburu, que se convierte en otro ejemplo más de la incomprensión y la desazón administrativa.

El pasado mes de mayo, uno de los techos del antiguo Hospital de San Juan de Dios y colindante en el edificio del citado centro escolar, provocó una atención inmediata ante el lamentable estado en el que se encuentra el edificio.

Lo cierto es que una de las vigas que apuntala la cocina de la guardería está a la espera desde entonces (mediados de mayo) para que un informe de seguridad otorgue la confianza para poder reabrir y reanudar el servicio del comedor que da de comer a niños desde cero años hasta tres, infantiles que aún no tienen edad para cursar estudios en un colegio.

La cuantía de dicho informe está tasado en 1.500 euros que separa la validación oficial.

Y ahora las vacaciones
Con la seguridad como máxima, el servicio del comedor está desde entonces suprimido con el descontento generalizado de los propios padres que ven que por motivos ajenos imposibilitan un servicio que acoge a más de medio centenar de niños y que en buena medida en su mayoría con un perfil que precisan de esa atención primaria.

La Guardería Infantil Municipal, en la que el 25 de julio comenzarán las vacaciones estivales, da una atención también para aquellos niños que necesiten permanecer en ésta hasta las cinco de la tarde. A la espera de que dicho informe soliviante la situación, se está a la espera de que las áreas implicadas tanto Bienestar Social como Urbanismo o Educación -y todas del mismo partido político- hallen la solución a un problema que aúna una disyuntiva que debe encontrar un final feliz y a ser posible pronto.

Una gestión a tiempo parcial

Por su volumen no deja de ser cuanto menos elocuente que Bienestar Social, comandada por el también edil de Juventud y Seguridad, Ángel María Arias, sea gestionada por un concejal que además debe lidiar con otras responsabilidades que igualmente necesitan de una atención máxima ante la carga de trabajo que supone. No es por tanto demasiado comprensible ni argumentable que Bienestar Social no sea liderada por entero y con una atención y una disponibilidad al 100%. Su ocupación a tenor del flujo de demandas ciudadanas y del cariz social que se autodefine el equipo de Gobierno desde que se hiciera con la Alcaldía, merece por tanto de un mejor y profesional trato y más comprobando el devenir de un área que no destaca precisamente por obviar la polémica.

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