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Arreglan una casa ruinosa y el Santander les pide ahora 140.000 euros

Una pareja de Algeciras con tres niñas se enfrenta a un juicio con la entidad bancaria, que les prometió, según denuncian, una hipoteca asumible

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  • La vivienda, después de la reforma -

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) defiende en Algeciras el caso de una pareja con tres niñas pequeñas (de 8 y 5 años las mayores y 20 meses la menor) a la que el Banco Santander reclama 140.000 euros por su vivienda, en el barrio de Pescadores, a la que llegaron cuando estaba completamente abandonada y destrozada y en la que han invertido unos 24.000 euros para arreglarla. Hoy debía celebrarse el juicio, que ha quedado aplazado para el 7 de noviembre. 

Ana Belén, la mujer de esta pareja, llegó al mismo después de una relación anterior muy complicada y con dos niñas pequeñas. La casa estaba en ruinas, sin instalación eléctrica ni tuberías, ya que había sufrido actos vandálicos, y con innumerables desperfectos y presencia de ratas.

Fue en noviembre de 2014, pero no fue un caso de okupas al uso. La afectada asegura que hablar con una responsable del Santander, quien le comunicó que esta vivienda, que había quedado deshabitada por un desahucio anterior, estaba en estado de abandono y podía hacer uso de ella.

Desde entonces, con ayuda de sus padres y, tras iniciar una nueva relación con quien es su actual pareja, comenzó a arreglar la casa. Volvieron a disponer de instalación eléctrica “con las facturas de la luz al día”, explica. También arreglaron las tuberías y solventaron un problema en el techo que generaba que se le filtrase agua a una vecina. En total, unos 24.000 euros en arreglos.

De hecho, los vecinos del barrio, tras conocer el caso, han recogido multitud de firmas e incluso se ofrecen a declarar a su favor en el juicio, ya que es evidente que gracias a su presencia en esta vivienda todo ha mejorado.

Sin embargo, la financiera Altamira, del Santander, le reclama ahora, según indica la afectada una hipoteca de 140.000 euros. La única alternativa que le ofrecen es adquirir otra vivienda en el mismo barrio por 30.000 euros, salvo que esta se encuentra en unas condiciones tan malas como las que tenía su actual vivienda antes de ocuparla.

Sin acuerdo
“Si llego a saber que me iban a hacer esto no hubiese arreglado nada. Me dijeron que podíamos llegar a un acuerdo para una hipoteca asequible en mi casa actual, la que me ofrecieron. No puedo pagar 140.000 euros por esta casa”, se lamenta Ana Belén, que junto a su familia está incluso empadronada en su actual vivienda desde marzo de 2015.

La pareja calcula, a falta de una tasación oficial, que la vivienda en la que residen alcanzaría un precio máximo de unos 40.000 euros, una cantidad que estarían dispuestos a asumir como hipoteca. “Mi pareja trabaja y mis padres me ayudan. Esa cantidad sí la podemos afrontar, pero lo que pretende hacer el Santander es una estafa”, comenta la joven.

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