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Cádiz

Repaso por la historia de Cádiz

El Monasterio de Santa María es "un auténtico desconocido por descubrir". En breve, comienzan las obras en la Casa del Capellán

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Repasar la historia de Cádiz a través del patrimonio es una de las mejores experiencias que se puede tener visitando el Monasterio de Santa María, una pieza clave de la historia de la ciudad de Cádiz, que como referente histórico patrimonial debería ser objeto del continuo mantenimiento y de su protección. Pero ante la falta de fondos públicos, tuvo que ponerse en marcha la Asociación de Amigos del Monasterio de Santa María que lleva años haciéndose cargo del cuidado y arreglo de este construcción de la mano de las Concepcionistas.

Todo comienza en julio de 2011, con una reunión de amigos en la plaza de San Juan de Dios, que pasó a convertirse en asociación en febrero de 2012. “Nuestra misión es asesorar e informar a la comunidad religiosa, que es la propietaria del mantenimiento”, explica el presidente del colectivo, Antonio Jiménez.  Para sacar fondos, desde hace dos años, los sábados,  la  asociación realiza visitas guiadas del Monasterio por un módico donativo de cinco euros. El colectivo está formado por más de un centenar de socios. Con las explicaciones de miembros de la asociación ya han pasado por sus muros más de 1.700 personas que han disfrutado de este rico patrimonio de la ciudad.

A principios de este mes se firmaba el contrato entre la comunidad de religiosas y la constructora Pérez Arroyo S.L., para llevar a cabo la primera fase de la reconstrucción de la zona del Monasterio denominada ‘Casa del Capellán’ en la calle Teniente Andújar. En un primer momento se convertirá en un ‘mini monasterio’, donde se alojarán las religiosas para pasar en un futuro a ser una hospedería.

En cuanto a la’ Casa del Capellán’ se construye porque el Monasterio de Santa María del Arrabal se encontraba a las afueras del Cádiz medieval. En la actualidad, puede contemplarse cómo existen columnas rotas en varios tramos e incluso alguna torcida debido al terremoto de 1755.

Desde la Comunidad y la Asociación hacen un llamamiento a todos, socios y gaditanos en general, para que colaboren económicamente con el objetivo de que las monjas puedan volver cuanto antes a su barrio de Santa María junto al Nazareno, y al mismo tiempo evitar que este edificio emblemático del barrio y patrimonio histórico gaditano, pueda desaparecer tras 490 años de existencia. Para el inicio de las obras, el Ayuntamiento de Cádiz concede de nuevo la licencia de obras, después de que se caducara, sin coste alguno.

Las obras planteadas por la asociación de Amigos del Convento de Santa María comenzaron con la fase cero, que era la consolidación del edificio: se han puesto puntales, cubiertas metálicas provisionales para que no se siga deteriorando el edificio y para evitar la entrada de las palomas. La fase I sería  la rehabilitación de la ‘Casa del Capellán’, donde las monjas podrán quedarse mientras continúan las obras. La antigua sacristía “la queremos dedicar a un pequeño centro de interpretación donde se cuente la historia del Monasterio y que fuera un punto de referencia cultural para el barrio de Santa María, así como en la zona del huerto del Olivo, nuestra intención es que la comunidad pudiera poner un obrador”, explica el vicepresidente de la asociación, Antonio Ramos.

Todos los que quieran visitar este maravilloso conjunto arquitectónico puerden coger cita a través del 622 67 14 65. La visita es prometedora ya que no sólo en cuestión de dimensiones del magnífico convento, sino por sus historias y por el tratamiento que le otorga a cada una de ellas la Asociación de Amigos del Monasterio de Santa María, que no duda en volcarse con cada uno de sus visitantes.

En 1527 se funda, a petición de las grandes familias de Cádiz con el beneplácito del  Cabildo Municipal y del Eclesiástico, este Monasterio para aquellas mujeres que quisieran profesarse en religión. El núcleo más antiguo del edificio es el patio del Olivo del Monasterio. El Monasterio “es un auténtico desconocido”, afirma  el portavoz de la asociación,  pero de un gran valor patrimonial y cultural. “Es la historia viva de Cádiz con vestigios del ataque holandés de 1596, de la explosión de Cádiz y de otros acontecimientos históricos”. A pesar de su relevancia en el siglo XVII y XVIII hoy “es un gran olvidado y dejado” por las administraciones.

El Claustro Mayor de Santa María data de 1605. Tras la destrucción por el ataque de la flota anglo-holandesa, el Cabildo decidió reconstruirlo y crear la Casa del capellán para darle realce al Monasterio. Con “columnas de mármol genovés”  este era el jardín de las monjas de clausura que sólo salían al exterior a través del Claustro y de las azoteas. La comunidad religiosa abandonó el Monasterio en 2006, tras caerse una parte del mismo, y a día de hoy siguen  alojadas en el Monasterio de Piedad de la calle Montañés.

El pasado
Dentro de los vestigios del pasado que siguen presentes en Santa María está un trozo de pavimento romano de entre el siglo II y III después de Cristo, realizado con mármol de distintas procedencias que es reflejo de un importante estatus social puesto que se colocaba “en las dependencias de los altos funcionarios. “Este pavimento se recuperaba en las excavaciones de la primera fase y se mantiene en el Monasterio con el permiso de Cultura”. Según Antonio  Ramos, es el “primer tipo de vestigio arqueológico de pavimento en Cádiz en la cota más alta del Gades romano”.

Santa María es conocida en Cádiz porque es la sede canóniga del Nazareno, que inicialmente se encontraba en la iglesia de San Juan de Dios, y que por un acuerdo llega a Santa María en 1616, cuando se le cede una parte del terreno, que es propiedad de la Cofradía y es la actual capilla del Cristo. Sin embargo, el resto de la iglesia es propiedad de la comunidad de religiosas, que son las que tienen que encargarse de la reparación de la solería o de cualquier otra incidencia que tenga lugar en el edificio.

Antiguamente, existía la figura del patronazgo, donde Esteban Blanqueto fue uno de los principales valedores económicos del Monasterio. Ello le valió tener su escudo de armas en la Cúpula, así como un lugar privilegiado para asistir a la ceremonia eclesiástica.

En la Sacristía puede admirarse una escultura de medio relieve de Cayetano de Acosta, considerada Bien de Interés Cultural, que es una de los últimos ejemplos del barroco tardío. En la Capilla de Santa Ana también se puede contemplar un arco y un muro de lo que sería la Ermita de Santa María de 1513

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