El primero de los atentados se produjo al estallar un artefacto confeccionado con bombonas de butano en el número 68 de las calle Arquitecto Bennasar de la capital mallorquina, en un chalé en el que vivían cuatro alféreces de complemento. Hubo dos heridos leves.
Casi al mismo tiempo se registró una segunda explosión en la plaza de Puerta del Campo de Palma, al estallar un vehículo cargado con bombonas de gas butano y explosivos frente a una vivienda ocupada por quince familiares de militares. La explosión provocó heridos leves y desperfectos.
El 30 de octubre de ese año, otro coche-bomba fue descubierto y explosionado por miembros del Tedax en la calle Misión de San Diego, en la playa de Palma, frente a un hotel, donde fue abandonado tres meses antes.
El vehículo portaba cuatro garrafas de gasolina y un temporizador, y al parecer era menos sofisticado y potente que los que explosionaron en julio. Por estas acciones terroristas la Audiencia Nacional condenó el 14 de marzo de 2005 a 41 años y seis meses de prisión al etarra José Luis Urrusolo Sistiaga.