Cuando Torremolinos era un paraíso terrenal, un oasis de libertad y un imán para la jet set, El Jaleo ya estaba en la plaza de la Gamba Alegre. Actrices de Hollywood, miembros de la realeza internacional y grandes personalidades de Málaga disfrutaban de la noche en los bares y discotecas de Torremolinos, pero El Jaleo era algo especial: una especie de chica tímida que comienza a dejar de lado su falta de seguridad y se lanza al éxito. Precisamente con esta palabra se puede definir al tablao flamenco.
Esta institución abrió sus puertas en el año 65 de la mano de la bailaora granadina María Guardia, más conocida como ‘Mariquilla’, y su marido Luis Javier Garrido. Tal y como cuenta Paco Roji en el especial de la Revista Litoral, ‘Torremolinos. De pueblo a mito’, el local era de un judío que se lo aconsejó a Luis Javier.
Un jovencísimo Camarón de la Isla, Carrete, El Chino de Málaga, Mario Maya, La More y la Chata, Remedios y Rosi Reyes, Chiquito de la Calzada y más artistas pasaron por allí.“Creo que ningún artista ha pasado por el flamenco sin pisar este escenario”, cuenta Roque López, hijo de Pepe López.
En 1984, Pepe López, amante del flamenco y que ya regentaba el tablao granadino Jardines Neptuno, adquirió el establecimiento. Sin embargo, poco tiempo después falleció, y pasó a manos de su hijo, quien actualmente se encarga de la Taberna, Roque López. Como homenaje póstumo, El Jaleo pasó a llamarse Taberna Pepe López. “Hemos mantenido esto tal y como estaba cuando lo compramos. La gente nos dice que esto está viejo, pero se equivocan. Nadie calificaría a la Alhambra como vieja, ¿verdad? No queremos modernizarnos, queremos ser clásicos”, explica López.
Entrar en la Taberna es sentir el flamenco. Tiene un olor particular a madera, a humedad. “Nos gusta que huela así. Esto es un museo, con 182 sillas originales, con motivos alegóricos dedicados al flamenco. Estamos muy orgullosos de mantenerlo así”, afirma Roque.
Chiquito fue uno de los grandes artistas que pisó el escenario. “Nos vino heredado”, cuenta, entre risas. El próximo 11 de abril, la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Torremolinos (ACET), rendirá un homenaje al artista que trabajó en Torremolinos durante 25 años. “Se lo merece. Enriqueció la cultura de nuestro pueblo. Era un gran artista, un excelente humorista y creemos que es justo darle las gracias”, explica el presidente, Juan Vallejo. Antonio Canales, ‘Mariquilla’, Carrete, Manolo Medina o Manolo Sarriá ya han confirmado su asistencia.
Las anécdotas se cuentan por millones. Desde las historias de la Biblia que le leía Carrete (el bailaor no sabía leer) a Camarón y Paco de Lucía o las que Chiquito traía de regreso de Japón sobre una fábrica en la que, confiesa Roque, nunca supieron qué fabricaba, pero la manera que tenía Gregorio de contar la historia, era lo más interesante. “Chiquito era tal y como lo veíamos. Nada de lo que él hacía, su forma de hablar o contar los chistes era un papel. Era así”, afirman.
La Taberna Pepe López abre, actualmente, dos días a la semana para recibir a curiosos que empiezan a interesarse por el flamenco o a clientes fijos, como esas “monjitas” que repiten cada año o una pareja de homosexuales holandeses que han disfrutado del espectáculo con su perro. Historia viva de Torremolinos.