El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha abandonado el Congreso este miércoles sin responder a las preguntas sobre la sentencia del Tribunal Constitucional que anula la parte de la LOMCE que establece la financiación de la educación en castellano en Cataluña y ha guardado silencio.
Tras participar en la sesión de control al Ejecutivo en el Pleno del Congreso, Rajoy ha abandonado el hemiciclo y ha sido preguntado por los periodistas sobre ese fallo, conocido este martes, pero ha optado por no decir nada.
Precisamente Rajoy se reunió la pasada semana con representantes de Sociedad Civil Catalana que le pidieron medidas para garantizar en esa comunidad la educación en catellano como lengua vehicular.
UN ESPARADRAPO EN LA BOCA
Fuentes del Ejecutivo han apuntado sin embargo desde esos mismos pasillos del Congreso que "a nadie le gusta que el TC le lleve la contraria", pero aprovechan para lanzar un dardo a "todos aquellos listos" que vienen acusando al alto tribunal de estar a las órdenes del Ejecutivo. A su juicio, "se pueden poner un esparadrapo en la boca".
El ministro de Justicia, Rafael Catalá, preguntado también a su salida del Pleno del Congreso, ha abundado en que Educación estudia la sentencia, pero ha recalcado que es fruto "del funcionamiento habitual" del sistema, el ajuste de competencias entre el Estado y las comunidades autónomas que realiza el Constitucional.
"BASTA DE EXPERIMENTOS"
Esto mismo es lo que avanzó ayer el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, quien se limitó a decir tras conocerse el fallo que el Gobierno lo tendrá en cuenta en sus "reflexiones y estudios" de cara a próximas decisiones sobre la enseñanza del castellano en las aulas de Cataluña. No avanzó más detalles.
Por su parte, el presidente del PP en esa comunidad y senador, Xavier García Albiol, fue claro al reclamar medidas que se puedan aplicar y sean del todo legales y pidió al Gobierno que se tome su tiempo para presentar una propuesta. "Ya está bien de experimentos y frases vacías", sentenció.
