El músico ibicenco Joaquín Garli presentó su disco, Sintecho, en Fnac Sevilla el 30 de mayo. Antes, pasó por la redacción de Viva Sevilla.
Nuevo disco. ¿Qué sensaciones tiene?
–Es el primer disco, es como si llamara a las puertas de la gente y dijera, existo y hago esto. Era muy importante que se pudiera ver quién es Joaquín Garli y qué es lo que hago. El primer disco es fundamental porque, normalmente, si escuchas un disco de alguien y no te gusta, difícilmente vas a escuchar el siguiente.
¿Qué nos cuenta en este disco?
–Sintecho en sí es una canción, habla de ese colectivo. Es curioso que nadie informe de esta problemática en los medios. El gran problema es que vas caminando por una avenida y te encuentras a alguien sintecho, lo miras y te preocupas, pero sigues caminando y al cuarto paso se te ha olvidado, “mea culpa”, y de muchos. Lo más preocupante es que lo hemos normalizado. Las otras canciones hablan de desamor, que para mí es la parte más maravillosa del amor. El ser humano tuvo el santo cinismo de enamorarse, el único animal que lo hace. En general, me gusta escribir de las sensaciones que deja una historia. Por ejemplo, escribo sobre las sensaciones que deja el amor, no del amor.
¿Cree que la música es un buen medio para reivindicar problemas sociales?
–La música es un medio ideal para despertar a los demás y que entiendan que hay que reivindicar. He recibido mensajes de gente que me ha dicho que he puesto palabras a algo que él pensaba y no sabía cómo expresarlo. Eso es grande.
Háblenos del Centro de Música Creativa que dirige en Ibiza
–Entiendo que la música debe ser una herramienta para hablar. Abrí el centro de música creativa hace 10 años, con profesores de diferentes puntos de España, para intentar enseñar música desde la creatividad. Empezó siendo pequeñito y ahora es un centro muy importante en la isla.
¿Por qué se presentó a La Voz?
–La verdad es que me llamaron ellos y me lo pensé. Al principio no estaba muy convencido. Nunca había visto ese programa. Aproveché que iba a Madrid y me presenté al casting. Al poco tiempo me llamaron y me dijeron que estaba dentro. Después llegué a ser finalista. Lo que tiene La Voz es que te da una visibilidad que ni yo, ni casi nadie, tendríamos dinero en toda la vida para pagarlo. Cada canción que cantas la están viendo como mínimo 3 ó 4 millones de personas; cómo no les voy a estar agradecidos.
¿Cómo ve el panorama de cantautores españoles?
–Estamos en una línea en que no sabes bien quién es cantautor y quién cantante pop. Creo que se ha perdido el compromiso. Y, cuidado, compromiso no quiere decir que tengas que cagarte en el presidente del gobierno. El compromiso está en la manera de escribir, incluso aunque hables de amor. Antes cogías una letra y sabías perfectamente si era de Aute, Ismael Serrano o Pedro Guerra sólo con leerlo. Había un código lírico. Ahora hay un auge del cantautor pero en una línea menos comprometida. Trato, en mi manera de escribir, de recuperar ese compromiso.