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Verstappen acaba con el monopolio de Mercedes

Alonso se quejaba ante su equipo de la falta de estrategia, ya que no estaba dispuesto a estar toda la carrera en la posición 20

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  • Fernando Alonso. -

El GP de Austria apuntaba a un nuevo éxito de Mercedes. El historial reciente así lo avalaba y la jornada de entrenamientos del viernes y sábado, con un doblete de Valtteri Bottas y Lewis Hamilton en la lucha por la 'pole', apuntaban a que las balas plateadas se la iban a jugar la victoria en el Red Bull Ring, la casa de Max Verstappen y Daniel Ricciardo.

Como hacía años que no sucedía, el relato final ha acabado siendo el de una debacle de los dos Mercedes y el primer triunfo de Red Bull, con Verstappen, en su propia casa, en la que en algunos momentos tuvieron la primera y segunda posición controladas, hasta que el inesperado 'blistering' empezó a hacer agonizar a los neumáticos, y donde la carrera iba a una parada, algunos coches tuvieron que hacer dos.

Igual que hace una semana, la primera posición de la general cambia de dueño, y si en Paul Ricard Sebastian Vettel cedió el liderato al ganador de la prueba, el británico Lewis Hamilton, en Austria el alemán, tercero en la carrera tras el vencedor Max Verstappen y el otro piloto de Ferrari, el finlandés Kimmi Raikkonen, se ha visto beneficiado por el abandono de Lewis Hamilton por un problema en la bomba de gasolina.

Este no ha sido el único desastre de Mercedes, ya que en el primer abandono, de Valtteri Bottas por problemas hidráulicos, no supieron gestionar la entrada en el garaje de Hamilton mientras aparecía el coche de seguridad virtual y todos los rivales que iban detrás sí que entraron a cambiar gomas, mientras el británico se tiraba un buen rato con las suyas en pleno desgaste y posteriormente enfatizado por el 'blistering', y con la aparición de ampollas en ellas.

La carrera estaba hecha para los Mercedes, como en las últimas cuatro citas de Austria. Salían en la primera línea para afrontar con autoridad las 71 vueltas de la prueba. Bottas, 'pole' por segunda vez consecutiva en al Red Bull Ring, hizo una mala salida, perdió la primera posición antes de la primera vuelta, y Hamilton se colocó primero, con Kimi Raikkonen detrás.

En otro escenario, el español Fernando Alonso (McLaren) entraba en la carrera desde la recta de garajes debido a una sanción por cambiar el frontal y, aprovechando esta penalización y para evitar otra la semana que viene en Silverstone, también cambió el MGU-K, correspondiente al sistema de recuperación de energía.

Alonso se quejaba ante su equipo de la falta de estrategia, ya que no estaba dispuesto a estar toda la carrera en la posición 20. El español debió esperar muchas vueltas a que se animase por donde él estaba, gracias a numerosos abandonos y a los adelantamientos que se estuvo trabajando.

Por delante, Hamiton comandaba con tranquilidad y arrancaba tres segundos de margen a Bottas cuando cruzaba por séptima vez la línea de meta. Cinco después, llegó la primera incidencias, cuando el alemán Niko Hulkenberg no podía cambiar de marcha y debió parar su Renault, que para desgracia del motorista francés no sería la única incidencia en sus propulsores. El motor del alemán acabó incendiado al paso por la línea de meta.

El primer susto para Mercedes llegó en el coche de Valtteri Bottas, cuando el finlandés se quedó clavado en la segunda marcha tras superar una curva, y tuvo que aparcar el coche.

De la forma en que lo dejó, aunque fuera del trazado, se conectó el coche de seguridad virtual, que aprovecharon los inminentes perseguidores de Hamilton (Verstappen, Riccierdo, Raikkonen y Vettel) para entrar en la vuelta 12 para cambiar ruedas, mientras que desde el garaje no le indicaban lo mismo al inglés. Por radio, uno de sus estrategas acabó pidiéndole perdón por el error.

No había sido una buena decisión en Mercedes, que ahora tenía que esperar a que sucediese lo mismo con un coche de seguridad y no perder de referencia que la carrera, más que la victoria, era a partir de entonces mantener el control con Vettel, que al fin y al cabo es el rival con el que se tendrá que jugar el título.

En la vuelta 21, Hamilton aún mandaba delante, pero solo a 13 segundos de Verstappen (segundo) y dieciséis con Ricciardo (tercero), que hacía una vuelta que había adelantado a Raikkonen.

Cuatro vueltas más tarde, Hamilton entró a cambiar ruedas, y al incorporarse entró en cuarta posición, entre los dos Ferrari, quedando claro que su guerra a partir de entones era mantener a Vettel detrás. En ese momento, Red Bull comandaba la carrera con Verstappen y en segunda posición rodaba Ricciardo, que hoy cumplía 29 años.

A propósito o sin querer, el australiano estaba haciendo un importante tapón entre el tercero hacia atrás, respecto al líder, su compañero Verstappen.

En la vuelta 35, Carlos Sainz, con graves problemas en las gomas, hubo de entrar en boxes para sacarse de encima el castigador 'blistering', que le estaba llevando a perder posiciones de forma alarmante, algo que también tuvo que hacer Ricciardo en el vuelta 39, en su segunda parada. Justo en esta vuelta, Hamilton vio cómo Vettel le pasaba.

A partir de entonces, con el Mercedes de Hamilton con problemas manifiestos en sus ruedas debido a las ampollas en las gomas traseras, sobre un asfalto muy caliente en un día soleado en Spielberg, aparecía un doble interrogante: acabar con las mismas gomas al precio que fuese o cambiarlas cuanto antes mejor para evitar que en la salida de garajes perder la posición con Ricciardo, en esos momentos a 19.2 segundos del inglés.

Tras ir pendiendo cada vez más distancia respecto a Vettel, Hamilton entró en la vuelta 50 a cambiar gomas. Y como se temían en Mercedes, el inglés se incorporó a la pista por detrás de Ricciardo, aunque cinco vueltas después el australiano acabó apeado por un problema con su motor Reanult.

Verstappen tiraba en solitario, con cinco segundos por delante de Raikkonen, en la vuelta 57, y Hamilton era cuarto a 29 del Red Bull, y justo detrás de Vettel, al que tenía a 22 segundos.

Pero en la 63, el coche de Hamilton dijo basta y un problema en la bomba de la gasolina sacaba de concurso al otro Mercedes, en un hecho inusual en una marca que además de arrollar a sus rivales en los últimos años ha mostrado una fiabilidad envidiable.

Sin los dos Mercedes, ni el Red Bull de Ricciardo, la carrera ya era solo de tres: Verstappen perdiendo fuelle con unas ruedas cada vez más al límite y los dos Ferrari como dos coyotes tras él. El joven neerlandés aguantó lo indecible y sumó su primera victoria este año, y la cuarta en su historial.

Tras Verstappen y los dos Ferrari, por fin los dos Haas han podido traducir el buen trabajo durante los entrenamientos a posiciones destacadas en la carrera, ya que el francés Romain Grosjean acabó cuarto y su compañero de equipo, el danés Kevin Magnussen, fue quinto.

La lucha por ser el cuarto mejor equipo de la parrilla por ahora ha caído en manos de la escudería estadounidense, por delante de los dos Force India, que acabaron justo detrás de los Haas. Así, el francés Esteban Ocon fue sexto y el mexicano Sergio 'Checo' Pérez, séptimo.

Meritorio octavo lugar el firmado por el español Fernando Alonso, quien durante el fin de semana ha vuelto a sufrir en las tandas de entrenamiento con su McLaren, con el que salió último desde la calle de garajes, por estar penalizado, y finalizó en los puntos, rompiendo una racha de tres carreras sin arañar nada.

Quien sí se quedó sin puntuar fue Carlos Sainz (Renault), duodécimo. Es la segunda vez esta temporada que el español no suma puntos.

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