El Juzgado de lo Penal número 4 de Almería ha impuesto penas que suman un año de prisión a Dosanu P., un hombre que ya había sido condenado a 27 años y medio de cárcel por matar a su mujer, Mariana M., de 32 años, por intentar fugarse a golpes durante un descanso del juicio por el asesinato de ésta.
La sentencia, dictada por conformidad y a la que ha tenido acceso Efe, recoge que el acusado se encontraba durante la mañana del 8 de febrero de 2017 en los calabozos de la Audiencia Provincial de Almería, en calidad de preso preventivo y en espera de que se iniciase la vista oral.
Cuando un agente abrió la puerta del calabozo para trasladarlo a la sala de vistas, Dosanu P. aprovechó para huir tras dar un fuerte empujón a la puerta, que impactó con el policía, a quien también propinó diversos puñetazos.
Al ver esto, otros dos agentes acudieron en ayuda de su compañero y fueron "igualmente" golpeados por Dosanu P., quien logró zafarse de ellos y dirigirse hasta la puerta trasera de salida de la Audiencia Provincial.
Sin embargo, los agentes lograron no perderlo de vista y finalmente lo alcanzaron y redujeron.
La juez indica que dos de los policías sufrieron lesiones de las que tardaron en curar 10 y 14 días, respectivamente, mientras que el tercero de ellos precisó de una férula interdigital y sufrió diversas excoriaciones y luxaciones, de las que tardó en curar un mes.
Por estos hechos, Dosanu P. ha sido condenado a seis meses de prisión por un delito de atentado a agentes de la autoridad y a medio año más de cárcel por otro delito de lesiones.
Asimismo se le imponen sendas multas de un mes, a razón de dos euros al día, por dos delitos leves de lesiones. También deberá indemnizar a los agentes con 1.530, 630 y 510 euros.
De forma previa, Dosanu P. fue condenado por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial a 20 años de cárcel por un delito de asesinato; 4 años por otro delito de robo de uso de vehículo con violencia y utilización de arma, y otros 3 años y medio por un delito de detención ilegal.
En este caso, los hechos se remontaban a la madrugada del 31 de mayo de 2014, cuando el acusado, de origen rumano, inició una discusión con su pareja sentimental en el domicilio que compartían en las Cuevas de Marín, en la capital almeriense, a raíz de "una supuesta infidelidad" de ella, mientras que los hijos de la pareja, de 8 y 10 años dormían en una habitación contigua.
En el transcurso de la discusión comenzó a golpearla en la cara y le clavó un cuchillo de cocina en diferentes partes del cuerpo "con la intención de acabar con su vida", creándole un total de 48 heridas "a fin de aumentar deliberadamente el sufrimiento físico y mental de la mujer".
Seguidamente cogió otro cuchillo de menores dimensiones, se lo clavó en la nuca hiriéndola "de mortal necesidad" y prendió fuego a una carta de identidad de Rumanía sobre el muslo derecho de ella, "que se hallaba aún con vida, causándole quemaduras".
Tras esto, cogió de nuevo el cuchillo y "sin que pueda determinarse si seguía con vida", extirpó los ojos de la mujer, los llevó a la chabola donde vivían su madre y hermano y los tiró a una bolsa de basura después de hablar con ellos.
