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Sevilla

Despidos en los cruceros tras comprar un pabellón Expo’92

La dirección de Cruceros Torre del Oro se escuda en “políticas de empresa” y argumenta que su trabajo depende de las temporadas altas y bajas

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  • El empresario Salvador Carrasco (derecha), con responsables de Heineken tras comprar el pabellón. -
  • La “inasumible” subida del SMI ha sido el motivo del despido, según los afectados
  • Los mismos socios han adquirido por tres millones el edificio Cruzcampo en Cartuja

La empresa Cruceros Torre del Oro, que explota los paseos turísticos en barco por el río Guadalquivir, acometió el pasado lunes 31 de diciembre, en la víspera de Año Nuevo, y sin previo aviso, una nueva reducción de personal que ha supuesto el despido de dos de sus trabajadores, que se suma así al de otros dos excompañeros que ya habían sido despedidos semanas atrás.

Según ha podido saber Viva Sevilla, la empresa que explota las travesías turísticas por el río entregó el  último día del año la carta de despido a dos de sus empleados, uno encargado del mantenimiento de los buques y el otro marinero. El primero llevaba en la empresa dos años, mientras que el segundo trabajaba desde marzo.

El aviso de despido, ejecutado sin ninguna notificación previa, cogió por sorpresa a los empleados. La dirección les hizo entrega de una carta en la que se reconocía como “improcedente” su cese, y donde la empresa justificaba su decisión en el hecho de que “sus servicios ya no resultan necesarios”.

Según los afectados, las explicaciones verbales de la empresa fueron otras. “Nos dijeron que no podían afrontar la entrada en vigor del nuevo Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 900 euros”, asegura uno de los trabajadores, cuyo sueldo viene rondando los 750 euros mensuales, a este periódico.

Temporada baja

Por su parte, contactada por Viva Sevilla, Cruceros Torre del Oro asegura que es “falso” que haya habido despidos con ese pretexto, aunque luego matiza. “En el caso de que eso fuese cierto, son políticas de empresa. Nosotros funcionamos en base a temporadas. En unos periodos son meses altos de mucho trabajo, y otros bajos de no tener tanto. Lo mismo que hay despidos, otras muchas veces hay contrataciones”, explica Salvador Carrasco, responsable de Cruceros Torre del Oro (donde su hijo figura como apoderado y hace las funciones de “director general”, según éste detalla en su página web personal).

Precisamente estas dos reducciones de plantilla por cuestiones económicas contrastan con las potentes inversiones que otra de las empresas del grupo, El Palacio del Embrujo SL, de la que el propio Carrasco es consejero, acaba de realizar: nada menos que casi tres millones de euros ha destinado a la compra del Pabellón Cruzcampo en La Cartuja, uno de los edificios más conocidos de la Expo’92, con el fin de convertirlo en un espacio dedicado a los espectáculos flamencos.

Heineken España anunció la operación hace apenas mes y medio, tras semanas de negociaciones que el propio Carrasco encabezó. El Palacio del Embrujo SL gestiona en la actualidad el tablao flamenco El Palacio Andaluz, ubicado en la ronda histórica.

La venta del edificio que la firma cervecera poseía en La Cartuja a los socios de El Palacio del Embrujo SL “va a contribuir a completar la oferta de ocio, cultural y turística de esta zona de la Isla de la Cartuja junto a Isla Mágica, el auditorio Rocío Jurado o el Teatro Central”, según aseguraron públicamente ambas partes tras la firma de la compraventa.

Investigación

La intención de los responsables tanto de Cruceros Torre del Oro como de El Palacio del Embrujo es, en efecto, hacer compatibles ambas líneas de negocio, de forma que ambas se retroalimenten. De esta forma, su objetivo es rentabilizar la fuerte inversión realizada en el viejo edificio de la Expo’92, en buena medida, con los cruceristas que puedan llevar hasta allí en las travesías que sus barcos ofertan por el río Guadalquivir.

Unos cruceros de paseo que, como ya desveló Viva Sevilla, están siendo investigadas tanto por la Guardia Civil como por Capitanía Marítima por presuntas irregularidades tanto a nivel de titulaciones en los trabajadores como del estado de los buques y de las instalaciones que sirven de base a las embarcaciones. Ambos organismos ya reconocieron a este periódico que la investigación está en curso.

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