La tragedia del pequeño Julen ha provocado en todo el país una oleada de denuncias ciudadanas de pozos abiertos o hundimientos de una altura considerable que sin llegar a ser un pozo como tal puede provocar un accidente grave en un momento dado. En Jerez, la psicosis por el terrible suceso de Totalán también se ha dejado ver en forma de denuncias y más llamadas de lo habitual de vecinos y residentes preocupados por determinadas zonas, como así apuntan desde la Policía Local a este medio.
Esta última semana está todo “mucho más calmado”, pero en las anteriores han aumentado sus intervenciones en torno a estas alertas, bien cuando un vecino les daba aviso, encargándose de trasladarse in situ, asegurar la zona y derivar el informe “al departamento correspondiente”, o bien por iniciativa propia de los policías si lo detectan y entienden que deben actuar. “Ha sido un tema a nivel nacional”, indican a este medio, señalando principalmente a zonas pendientes de urbanizar y promociones fallidas, como es el caso de la de Mirabal, por La Marquesa, y otros puntos donde también han advertido de la falta de seguridad, no por la existencia de un pozo en sí, sino por la falta de arquetas de alcantarillado. En definitiva, se trata de infraestructuras varias en muy malas condiciones que pueden dar más de un susto.
En muchos casos los mismos vecinos recurren a su perfil de Facebook, donde se dirigen a la propia Policía Local aportando abundante material gráfico y vídeos sobre su denuncia. Esto es lo que ha ocurrido hace poco más de una semana en La Marquesa, donde un residente contabilizó hasta 15 arquetas abiertas y un pozo cerca de las unifamiliares y la promoción sin acabar de Mirabal, que “puede tener unos 15 ó 20 metros de profundidad a ras del suelo y tiene un agujero en el que cabe una persona perfectamente. Ayer -por el día antes de la denuncia a finales de mes- sin ir más lejos al cabrero que saca las cabras en ese sitio se le cayó una cabra en una de las arquetas y tuvo que sacar al animal con una cuerda como pudo”, relata Jesús Zarazaga, que agradece que la Policía Local tardara cinco minutos en venir y tomar nota. Según añade, tras analizar el terreno, contactaron con él para informarle del compromiso de Aqualia de arreglar las arquetas y del traslado a Medio Ambiente del tema del pozo. Pero las denuncias no cesan, además de la de los vecinos de Las Flores, también en los últimos días colectivos vecinales como el de Palos Blancos han advertido del peligro que supone pasear por un paraje comprendido entre el final de Las Flores y la azucarera de Guadalcacín, cerca de la sede de Madre Coraje. Concretamente, se trata de la zona de la barriada de la antigua azucarera. “Ya con todas las edificaciones demolidas ha desaparecido cualquier rastro de lo que fue, pero aparte de un escombrero, es un peligro pasar por ahí pues hay numerosos boquetes y antiguos zócalos o aliviaderos del antiguo alcantarillado sin tapar”, señala Jesús Palomo, que advierte de que estos puntos están sin señalizar y carecen de cualquier aviso para que los transeúntes extremen las precauciones. De otro lado, este mismo jueves, un vecino que paseaba con su hijo pequeño denunciaba con un vídeo en su perfil de Facebook el mal estado del entorno del parque infantil situado junto a la laguna de Torrox, conocido como los ‘laguitos’ con alcantarillas a lo largo del carril destapadas a pocos metros del recinto infantil donde juegan los niños y pocetillas deterioradas. “Esto un niño va andando tan tranquilo, mete un pie y se parte la pierna”, manifiesta, indignado, Manuel Garrido López.
¿Qué hacer para dar un aviso?
Lo primero que tiene que hacer un ciudadano cuando se tope con un pozo -legal o ilegal- sin sellar o con apareciencia de inseguridad, así como de arquetas sin tapar es alertar a la Policía Local para que se trasladen a la zona y realicen una inspección ocular y el correspondiente informe.