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Cádiz

Domingo mágico con coplas y muy buenas temperaturas

Con gente y seguía habiendo ganas de escuchar coplas y de disfrutar de este Carnaval que parece no tener fin, aunque oficialmente se despida en unas horas

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Punto y final . O no. Porque el Carnaval nunca acaba y queda en la memoria de los aficionados para siempre en forma de copla, de esquina o de momentos. Lo que es cierto es que el Carnaval oficial, el que tiene fecha en los carteles, acababa con un domingo de los que sueñan los carnavaleros. Porque si un carnavalero piensa en un domingo de coros imagina bateas, ilegales, coplas y gafas de sol. Gafas de sol de un día con sol radiante y de calor.

Y así fue la jornada de este domingo. La que todo carnavalero sueña para cerrar un Carnaval que ya ha pasado a formar parte de la historia de la ciudad. El que se recordará como aquel en el que ganó la chirigota de Manolito Santander que llevaba un pescao por sombrero, en el que Cádiz bailó a ritmo de reguetón un estribillo de chirigota o aquel en el que se puso de moda en la ciudad decir “Buenos días, tú!”.  

Lejos queda ya ese mes de enero en el que todo esto empezó cuando unos pequeños, llamados de la cantera, abrieron el telón del Gran Teatro Falla para que todo desembocara en un domingo de coros de sol y coplas. Por medio queda una final que terminó con las claras del día, un fallo del jurado que no contentó a todo el mundo, un pregón que muchos han calificado como uno de los mejores o un Miércoles de Ceniza con la mitad del día pasado por agua para temor de los cofrades, por eso de los refranes y las cabañuelas.

Y como colofón, un domingo de coros con las calles de Cádiz luciendo y viviendo Carnaval, con tangos volando como serpentinas para quedarse en la memoria del aficionado y con coplas canallas de esquinas e ilegales, porque los domingo de carnaval son domingos del pueblo, del que con dos coloretes un disfraz y grandes dosis de poca vergüenza regala coplas a quien quiera escucharlo. Y ese pueblo era mucha gente. Porque el Carnaval, ese que se conoce como el de la calle, no es patrimonio universal, pero sí es patrimonio del que lo entienda y lo quiera disfrutar.

Y como toda fiesta, el Carnaval termina con su traca final, con su castillo de fuegos artificiales como anuncio de cierre de página. Pero que nadie se apure. Es el fin de fiesta oficial, el de la fecha de los carteles, porque esto es Cádiz y siempre quedará Carnaval.  

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