La Guardia Civil ha rendido este martes, junto a autoridades, partidos y ciudadanos, un sentido homenaje en la localidad turística de Palmanova, en Mallorca, a las dos últimas personas asesinadas por ETA en España, los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá.
El acto ha tenido lugar en el mismo lugar donde hace diez años estalló una bomba lapa en el coche patrulla al que subieron y que terminó con la vida de estos guardias civiles de 28 y 27 años, respectivamente, y que apenas llevaban un año de servicio en el cuerpo.
Esta calle lleva hoy el nombre de Diego Salvá Lezaun, cuyos padres y algunos de sus hermanos han seguido emocionados este acto al que han asistido la presidente de las Islas Baleares, Francina Armengol, el alcalde de Calvià, Alfonso Rogríguez, y todos los altos mandos militares de Baleares, entre otras autoridades.
Al inicio del acto, un portavoz de la Guardia Civil ha querido subrayar que este "especial homenaje" ha sido organizado en recuerdo de Carlos y Diego, pero también de los 214 guardias civiles que fueron asesinados por ETA y de las más de 850 personas que perdieron su vida por las actuaciones de la banda terrorista que, finalmente, fue "derrotada"