Una juez de Almería ha condenado dos veces a un hombre por dos agresiones sexuales cometidas este año a jóvenes con apenas unos meses de diferencia en la misma zona de Huércal-Overa (Almería).
La primera sentencia, dictada por conformidad, declara probado que el acusado S.M.S.F. se encontraba sobre las 03:00 horas del pasado 10 de febrero en un pub de dicho municipio.
Allí se abalanzó con "ánimo libidinoso" sobre una joven de 25 años y la empujó al interior del cuarto de baño de mujeres del local.
Una vez allí, la agarró fuertemente de los brazos e intentó besarla en los labios, empujándola contra la pared, viéndose obligada la víctima a apartar la cara y a forcejear con él mientras gritaba pidiendo auxilio.
"En el transcurso de lo cual, el acusado le llegó a tocar los pechos, hasta que una tercera persona desde el exterior, alertada por los gritos, empezó a dar golpes a la puerta del baño", lo que hizo que el hombre soltase a la agredida y ésta pudiese huir "rápidamente".
A consecuencia de estos hechos, la joven ha sufrido "ansiedad y malestar emocional", lo que le "ha podido provocar" un trastorno de estrés postraumático leve como secuela.
En este caso, le ha sido impuesto un año de prisión por un delito de agresión sexual, por el que también ha sido condenado a tres años de libertad vigilada y se le prohíbe comunicarse y aproximarse a la agredida a menos de 300 metros durante cinco años.
El segundo fallo, dictado también por conformidad, señala que S.M.S.F. se encontraba en este caso sobre las 04:00 horas del pasado 1 de noviembre en las proximidades del pub en el que cometió la agresión anterior, en concreto en una plaza de Huércal-Overa.
Allí, también con "ánimo libidinoso", se aproximó a otra joven de 20 años a la que le manifestó que le gustaba.
Tras esto, intentó darle un beso en los labios, por lo que la chica se apartó y regresó a la zona en la que se encontraban el resto de sus amigos.
Sin embargo, el ahora condenado la agarró "fuertemente" de los brazos y de la cara y se acercó nuevamente para darle un beso, "viéndose ella obligada a apartar la cara y a forcejear con él, quien la mantuvo agarrada".
El hombre llegó a tocarle los pechos e intentó arrastrarla hasta la "zona de menor iluminación", hasta que alertado por los gritos que daba la víctima y con "miedo de que alguien acudiera en su auxilio", la soltó de un empujón.
La agredida ha sufrido un trastorno de estrés agudo con "posible causación de secuelas psíquicas".
Como en el caso anterior, le han sido impuestos un año de prisión, tres años de libertad vigilada y prohibición de comunicarse y aproximarse a menos de 500 metros durante cinco años a la víctima por un delito de agresión sexual.
El hombre deberá abonar además sendas indemnizaciones de mil euros a las víctimas, si bien la juez ha suspendido la ejecución de las dos penas de prisión durante periodos de cuatro años, a condición de que no delinca en dicho tiempo.