La Universidad de Sevilla ya ha proclamado de manera oficial a los 300 nuevos miembros del Claustro. Una vez se constituya el parlamento académico el 4 de febrero, tendrán que echar a rodar, como manda el reglamento, las nuevas comisiones de trabajo y será entonces cuando la de Docencia retomará el estudio empezado por la anterior sobre materias tan sensibles como las evaluaciones, las prácticas externas, el calendario académico, el acceso a la universidad...
La nueva comisión partirá de un primer informe, muy preliminar, fruto de tres reuniones de trabajo de 13 ya ex claustrales. Entre las “sugerencias” que heredará la Comisión académica destaca la “necesidad de que exista una normativa de buenas prácticas en la realización de trabajos por parte de los estudiantes. En este sentido, habría que concretar la obligación de presentar trabajos originales, huir del plagio”.
El documento señala también la idoneidad de que se fomenten las “buenas prácticas de comportamiento”, aludiendo al “respeto hacia los compañeros y hacia el profesor, uso de móviles y dispositivos, comer y beber en clase, consumo de tabaco, respecto hacia los materiales...”.
Pero, sin duda, donde está lo más peliguado del debate es en todo lo relacionado con las evaluaciones. “Dada la cercanía de la renovación del Claustro (el informe está fechado en octubre de 2019 y las elecciones han sido en enero de 2020)”, la Comisión ya extinta tan sólo señala que la modificación del calendario de exámenes, de forma que los de septiembre pasaran a julio, “requiere de reuniones con todos los sectores, ya que supone un cambio que afecta no sólo al estudiantado, sino al personal de administración y al PDI (profesorado), que precisa de consenso”.
Sí que se apuesta de manera explícita por que exista una evaluación presencial y no presencial “para poder compaginar trabajo y estudio”, lo que abriría la puerta a evaluaciones vía internet.
Sobre evaluaciones y números de aprobados, la Comisión saliente deja la pregunta a responder formulada: “¿Es conveniente establecer un mínimo?”. “La comisión estima que este asunto puede ser difícil ya que, en materias con pocos aprobados, ¿se revisan las causas de ello?”. Este tipo de situaciones se producen en asignaturas de carreras técnicas y del ámbito de las Ciencias de la Salud. Igualmente, el informe sugiere que debe abrirse el debate sobre la necesidad de implantar el aprobado por compensación. “La US es una de las pocas universidades que no tiene esta modalidad” que sí tiene por ejemplo la de Córdoba.
¿En que consiste esta fórmula? El objeto de la evaluación por compensación es el de proporcionar una vía para finalizar la carrera a los estudiantes que se encuentran próximos a la obtención de un título oficial pero que, por circunstancias “singulares y excepcionales”, no logran superar los últimos créditos o asignaturas. “Ésta evaluación por compensación persigue determinar si el estudiante está en posesión del conjunto de conocimientos y competencias necesarios para obtener el título y desempeñar la profesión correspondiente, en su caso, a pesar de no haber completado un pequeño número de créditos, debido a circunstancias sobrevenidas, mediante una evaluación curricular global dentro del espíritu de la evaluación por competencias”, según el modelo implantado en el campus de Córdoba.
Por último, la anterior Comisión académica del Claustro pide “mayor coordinación entre el profesorado” de una misma materia para evitar exámenes diferentes en el caso de una misma asignatura, “adaptar” la normativa de la publicidad de las calificaciones a la nueva Ley de Protección de datos de 2018 y asignar los tutores de los Trabajos Fin de Estudios (TFE) entre los meses de octubre y noviembre para evitar “los casos abundantes de abandono” de los alumnos, ya que al hacerse en el segundo cuatrimestre coincide con la asignación de prácticas para los estudiantes.