La comparsa de Jona cerró la sesión con un tipo para dar voz a aquellos que menos posibilidades tienen de pronunciarse: los náufragos.
La tanda de pasodobles la comenzó con una bella letra que, cantada desde el corazón, explicaba los motivos de su regreso con el grupo con el que siempre ha salido en carnaval tras el periplo del autor en la comparsa dirigida por Ángel Subiela. La segunda, más bella aún, sirvió para dedicar a Manolín Santander, Dios Momo, un sentido homenaje en el que no faltaron la familia Santander, Juan Carlos o David Palomar.
Los cuplés, simpáticos. El popurrí, genial. Gran pase.
