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Cerrado el 50% de los puestos del Mercado de la Atarazana en Málaga

Los comerciantes recurren al reparto a domicilio para salvar la situación de crisis por el estado de alarma que ha traído la caída de clientela

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  • Los comerciantes se apoyan entre ellos encargándose los productos que venden otros y les piden sus clientes para el reparto

La crisis provocada por el estado de alarma a causa del coronavirus se deja notar y mucho en el comercio tradicional. Así, más del 50 por ciento de los puestos del Mercado de Atarazanas en Málaga capital permanece cerrado de modo que la falta de clientela ha llevado a algunos comercios a suspender su actividad mientras que otros se han reinventado.

Donde ganabas 400 estás ganando 200 y trabajando el doble y llegando a tu casa a las seis de la tarde, en vez de llegar a las tres y repartiendo, y el gasoil, o sea, que realmente, el cambio ha sido para subsistir un poquito

Como cuenta Naomi Sánchez en un reportaje para 7tv Andalucía en Málaga, el Mercado de Atarazanas ha dado un cambio radical por el coronavirus ya que un mes después del decreto del estado de alarma el principal espacio de abastos minorista de la capital malagueña se presenta con pasillos vacíos, pocos clientes, y más de la mitad de los puestos cerrados, situación que les ha obligado a reinventarse con el reparto a domicilio, la solución, según indicó a 7tv Málaga  Kiko, de la Frutería Aitana y María: “Debido a la poca afluencia de gente, cómo no viene nadie, ya que como estás viendo está todo cerrado, vacío de público, hacer unas ventas de 50 o 60 euros o 70 euros al día, vamos, ni para gastos, por lo que hemos decidido que como la gente no puede salir y tiene que esperar mucha cola en los supermercados, pues los productos nuestros frescos, servirlos a la gente para mayor comodidad, tanto para ellos como para nosotros, también”.

Falta de clientela que ha supuesto grandes pérdidas económicas para algunos propietarios. En el caso de la Frutería Aitana y María los ingresos que obtienen se han reducido a un 50 por ciento.  Según Kiko, “donde ganabas 400 estás ganando 200 y trabajando el doble y llegando a tu casa a las seis de la tarde, en vez de llegar a las tres y repartiendo, y el gasoil, o sea, que realmente, el cambio ha sido para subsistir un poquito, pagar nuestros autónomos, puesto, módulo, ayuntamiento, y los gastos que conlleva una casa”.

La poca afluencia de clientes supuso también una disminución para la pescadería El Ruina, aunque solo con los primeros días del estado de alarma, ya que con el reparto a domicilio, ha vuelto la estabilidad. Según Oscar Molina, de la citada pescadería, “la primera semana bajó casi un 80 por ciento, pero porque no hacía envío a domicilio, ya con esto, ha vuelto otra vez como ventas normales, al cien por cien, vendiendo todo lo que nos da tiempo, y vamos muy bien”. La forma de organizarse es muy sencilla, los comercios suelen atender los pedidos a través de llamada telefónica, ‘wasap’ o por las redes sociales, indicado Molina: “Lo tenemos puesto por el ‘wasap’ y por el faceboook,  y la gente nos va llamando, se van pasando los teléfonos unos a otros, y la verdad es que cada día vamos a más y a más”.

Se trata de una situación complicada, pero, de cada época de crisis, las personas saben sacar algo bueno que en este caso se traduce en que algunos puestos han creado una red de colaboración para apoyarse entre ellos. Según Kiko, “al compañero mío le compro el pescado de aquí, tanto fresco como congelado, o a cualquier compañero le estoy comprando también la carne, y entonces llevamos carnes, lo que quiera, cartones de huevos, aceitunas, ya te digo,  una clienta me pide agua, pues yo voy y le llevo agua para intentar de que entre todos nosotros irnos ayudando, yo al des pescado o al d la carne, el del pescado también me compra a mí para sus clientes, y entre todos tenemso que salir a flote”.

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