El Congreso tenía previsto realizar este verano reformas en el hemiciclo del Congreso con el objetivo de que el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, que sufre atrofia muscular espinal, pudiera estrenar el nuevo periodo ordinario de sesiones en septiembre ocupando su escaño en la segunda fila del salón de plenos. Sin embargo, la pandemia de Covid19 ha impedido licitar las obras y, dado el calendario parlamentario, la previsión es que la reforma no pueda realizarse ya hasta el año que viene.
A pesar de que las instalaciones de la Cámara baja se han ido modificando en los últimos años por la presencia de varios diputados con discapacidad física que se movían en silla de ruedas, el hemiciclo aún no se ha adaptado plenamente a las necesidades de estas personas, en parte por su valor patrimonial y artístico.
Para facilitar la presencia de estos diputados en los plenos, la solución durante años era situarlos en la parte más alta de la sala, conocida como 'gallinero', en la que están los únicos escaños a los que se puede acceder en ascensor. Y cuando tenían que intervenir, se les facilitaba una mesa auxiliar y un micrófono en el centro del hemiciclo, cerca de la mesa de las taquígrafas, ya que a la tribuna sólo se accede por escaleras.
Pero el nombramiento de Echenique como portavoz parlamentario provocó un cambio de planes. Este cargo implica que su escaño debería estar en la primera fila de su grupo parlamentario y supone un mayor número de intervenciones en los debates. Sin embargo, desde que se inició esta legislatura, el dirigente morado ha seguido las sesiones en el centro del Salón de Plenos, delante de los sillones que ocupa el Gobierno y sin la compañía de nadie de su formación.
UNA INSTALACIÓN DE UN MES
En enero, la Mesa del Congreso inició el proceso para cambiar esta situación solicitando un documento al arquitecto de la Cámara con el fin de "cumplir con la normativa de accesibilidad" del hemiciclo, pero respetando al mismo tiempo el patrimonio histórico.
La solución acordada para que el diputado pueda acceder a su escaño, en la segunda fila, es un sistema mecánico, homologado y oculto, que permite elevar una plataforma hasta un nivel de altura de tres peldaños. Además, por su diseño, la estructura no tendrá apariencia visible y quedará integrada en la estética histórica del salón de plenos, sin que altere su funcionalidad o su apariencia externa y sin que afecte a la estructura del sótano del palacio. Su coste estimado es de 258.320 euros.
En cuanto a su construcción, los expertos calcularon que se podría realizar en 90 días, mientras que su instalación supondría otro mes. Por eso, el Congreso decidió posponer las obras al verano, para no entorpecer el calendario de sesiones plenarias.
Sin embargo, la pandemia ha trastocado estos planes. Según han explicado a Europa Press fuentes parlamentarias, el parón por el coronavirus ha impedido licitar las obras, con lo que, todo indica que habrá que posponer su realización a 2021. A la vuelta del verano, la Cámara retomará sus plenos ordinarios y, además, tendrá que tramitar los Presupuestos, y como para la reforma se requiere un mínimo de un mes, es posible que no pueda hacerse hasta el verano del año que viene.