La vista oral con tribunal de jurado contra I.M., el hombre acusado de asesinar a su hijo menor de ocho años en abril de 2019 en El Ejido (Almería), dará comienzo el día 7 de octubre en la Audiencia Provincial.
El juicio se ha señalado en siete sesiones que está previsto concluyan el día 19 con la entrega del objeto de veredicto al jurado popular y el comienzo de la deliberación para alcanzar veredicto de culpabilidad o no culpabilidad, según han informado a Europa Press fuentes judiciales.
El tribunal de la Sección Tercera, que va a presidir la magistrada Társila Martínez, fija las sesiones los días 7, 8 y 9 de octubre, así como los días 13, 14 y 15, jornada reservada para el trámite de informes.
El procesado I.M., quien presuntamente degolló a su hijo en el sótano de la vivienda familiar ubicada en el núcleo de Balerma, en El Ejido, se enfrenta a pena de prisión permantente revisable y a una pena de 13 años de cárcel como presunto autor de un delito de maltrato habitual en el ámbito de la violencia de género contra su mujer.
El Ministerio Público interesa, además, que se le impongan otros dos años de prisión por sendos delitos de lesiones psíquicas derivados del comportamiento que, según la acusación, mostró tras el crimen tanto hacia su esposa como hacia su hijo mayor, al que exhibió el cadáver.
Los hechos tuvieron lugar el 20 de abril del pasado año, entre las 15,00 y las 15,15 horas, cuando el hombre estaba solo en la vivienda con sus dos hijos ya que su mujer había salido a trabajar a los invernaderos y su cuñado, que vivía con ellos, había ido a dar un paseo.
El fiscal explica el plan bajo el que el acusado habría actuado con la "firme intención" de dar "una muerte cierta" a su hijo menor, para lo que pidió al hermano de la víctima, de once años, que les "dejase a solas".
Así, de acuerdo con el escrito, el hombre pidió al pequeño de ocho años que le acompañase al sótano de la casa, del que "solo se puede salir subiendo unas escaleras hacia la vivienda", mientras que "llevaba escondido un cuchillo".
Una vez a solas en la habitación, donde el menor se encontraba "confiado al estar con su padre y sin posibilidad de huida", el hombre habría sacado "sorpresivamente" el cuchillo con el que, de forma "intencionada", le habría realizado un corte desde atrás, de modo que el pequeño no tuviera posibilidad alguna de repeler la agresión, según el documento.
La Fiscalía expone en un duro relato de los hechos la "gran desproporción de fuerzas entre la víctima y el agresor", del que el menor habría tratado de "soltarse" aunque sin conseguirlo, por lo que falleció por la pérdida de sangre entre las 15,15 y las 15,30 horas.
QUISO HACER DAÑO A LA FAMILIA
El escrito de acusación incide además en la actuación posterior del presunto asesino con respecto a su mujer, a la que habría llamado por teléfono para confesar los hechos, y con respecto a su otro hijo, al que "condujo al lugar del crimen", le mostró el cuerpo y le dijo que "lo había matado porque su madre tenía un amante" al tiempo que le aseguró que a él no lo iba a matar.
Para el Ministerio Público, el acusado actuó sabedor de que la visión del cuerpo del menor iba a producir en su hermano "un profundo desgarro emocional y psíquico" dada su "cruel e inhumana forma de actuar" que ha creado lesiones psíquicas en él por las que aún se encuentra bajo tratamiento.
"Guiado por el mismo ánimo de causar un daño psíquico", el acusado llamó a su mujer y le contó lo que había hecho, por lo que acudió rápidamente al domicilio. En el trayecto, el hijo mayor llamó a su madre y le contó lo que había pasado, según se desprende de las actuaciones realizadas por la Guardia Civil.
Al llegar a la vivienda, el acusado "persistiendo en su intención de producirle una lesión psíquica", la culpó de la muerte del menor "por no querer irse a Rumanía con él", de forma que ahora podía "quedarse con su amante porque él iba a la cárcel". Esta situación provocó en la víctima una situación de estrés postraumático por la que está bajo tratamiento, ha continuado el citado documento.
EPISODIOS DE PRESUNTOS MALOS TRATOS
La Fiscalía sostiene que, en los años previos al día del crimen y, en concreto, desde que la pareja contrajo matrimonio en octubre de 2006, tuvieron lugar diferentes episodios de violencia de género, ya que el acusado "sometió progresivamente a su esposa a un control cada vez mayor, obsesionado con que tenía un amante".
Según la calificación del Ministerio Público, el presunto maltratador la llamaba "reiteradamente por teléfono para saber qué hacía cuando no estaba junto a él", le miraba el teléfono y controlaba varios aspectos de su vida, como sus salidas, sus gastos o cómo vestía, hasta el punto que la mujer renunció a salir sola de casa para no tener más discusiones con él, según la acusación.
El Ministerio Público recoge además un episodio concreto en el que el hombre habría agredido a la mujer y le habría fracturado un hueso del antebrazo, lo que se sumó a la situación de "menoscabo psíquico y psicológico" de la víctima, que presenta síntomas compatibles con el trastorno por estrés postraumático.
Además de las penas privativas de libertad, la Fiscalía pide una indemnización de 260.000 euros a favor del hermano y la madre del menor así como la retirada de la patria potestad de su hijo, diez años de libertad vigilada con respecto a ambos y 12 más de alejamiento en caso de la mujer y siete en caso del niño.
Junto con el interrogatorio del acusado y de varios testigos, la Fiscalía ha solicitado la práctica de pruebas forenses y documentales tanto sobre el estado mental del presunto asesino como otros que probarían la ausencia de alcohol en él en el momento de los hechos, entre otras.