Era de esperar que los responsables del Carnaval Colombino ante la pandemia de la Covid-19 tomaran una de las decisiones más difíciles de su historia en consenso con sus autores y directores: suspender el Concurso de Agrupaciones del Carnaval Colombino en el formato tradicional en el que se ha venido desarrollando en los años anteriores.
Dados los riesgos sanitarios evidentes, las normativas existentes hacen inviable el proceso que requiere la preparación y formación de los distintos grupos, así como los ensayos casi diarios que necesitan las historias que cada febrero se vierten en las tablas del teatro, y que comienzan a partir de septiembre en su gran mayoría. A pesar de la triste decisión, los carnavaleros asumen esta situación y son consecuentes con los riesgos en este nuevo contexto sanitario.
Cabe destacar que el concurso requiere de un desarrollo bastante arduo y una relación cercana y constante, no sólo con los protagonistas más directos de la fiesta, también con otras artes que necesitan una fluidez de comunicación personal: maquilladores, costureras, diseñadores, etc., que hacen de este concurso todo un entramado inviable en el que la lógica impera ante el sentimiento existente de un habito que supera ya los 30 años de historia.
Desde sus inicios en 1985, Huelva siempre ha contado con un concurso que ha ido evolucionando con los años, siendo en la actualidad, con mayor o menor participación, el eje central de estas fiestas y uno de los más reconocidos de Andalucía.
El pasado mes de agosto la Federación de Agrupaciones y Peñas del Carnaval Colombino (Fopac) celebró elecciones, que contaron con una sola candidatura comandada por Francisco Espinosa Cumbre, quien asumió un reto controvertido en uno de los años más complicados de la historia de esta fiesta.
Tras los planteamientos de otros certámenes de no llevar a cabo sus respectivos certámenes de coplas como el de Cádiz, Isla Cristina o Málaga, entre otros, Huelva asume con su nueva junta directiva, y en consenso con autores y directores, seguir las sendas establecidas por sus responsables homólogos. Fue el pasado jueves cuando la nueva Fopac convocaba una reunión de urgencia con los directores y autores para tomar esta inusual decisión que marcará la historia futura de las carnestolendas onubenses.
A pesar de este nuevo panorama, el próximo día 12 de noviembre los representantes de los distintos grupos activos de la capital están citados en la sede de la Federación para lograr en consenso buscar alternativas a esta situación y no perder la esencia de la fiesta, siempre dentro del marco legal y lógico que el contexto sanitario requiere y exige.
Si hay algo que caracterice a los carnavaleros, es esa creatividad desmesurada y ese afán de superar las adversidades,logrando mantener una fiesta que ha costado integrar en la sociedad onubense y que esperemos, junto a esta nueva directiva y con el apoyo del Ayuntamiento de Huelva, encontrar opciones posibles que minimicen el impacto de esta pandemia.