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La evolución de la epidemia hace prever restricciones inminentes en París

Contemplan nuevas restricciones a partir del lunes, como el cierre total de bares y restaurantes, si esa evolución se confirma

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  • París. -

El empeoramiento de la situación sanitaria en París ha colocado hoy a la capital francesa bajo la estrecha vigilancia de las autoridades, que contemplan nuevas restricciones a partir del lunes, como el cierre total de bares y restaurantes, si esa evolución se confirma.

Otras cinco ciudades están también en el punto de mira: Lille, Lyon, Grenoble, Toulouse y Saint-Etienne, que también podrían considerarse la semana que viene como zonas de alerta máxima, una clasificación que de momento solo incluye a Marsella, Aix-en-Provence y el archipiélago de Guadalupe.



Ese baremo se aplica cuando la tasa de incidencia supera los 250 positivos por cada 100.000 habitantes entre la población en general y los 100 casos entre las personas mayores, así como cuando el 30 % de las camas de las ucis están ocupadas por pacientes de COVID-19.

En París se ha sobrepasado ese límite desde hace apenas unas horas, con 263 y 105 casos respectivamente y una tasa de ocupación que ronda el 35 % en las unidades de cuidados intensivos, pero si esa dinámica se asienta, el Ejecutivo advierte de que se verá obligado a recurrir a esos mayores controles.

Este fin de semana podría ser el último de relativa normalidad para los parisinos: se cerrarían bares y restaurantes a partir del lunes, así como todos los establecimientos que reciben público, salvo si se aplica un protocolo sanitario estricto. Por ese mismo motivo, lugares culturales como teatros, museos y cines están exentos.

"En ciertas grandes metrópolis donde la población está más concentrada el virus circula más fácilmente. Evoluciona demasiado rápido y afecta a todas las categoría de población, especialmente la vulnerable. En esos lugares las consecuencias sanitarias ya son visibles, con hospitales cargados y el personal cansado", dijo el ministro francés de Sanidad, Olivier Véran.

Esta fue su segunda comparecencia desde que el Ejecutivo anunció que iba a ofrecer balances semanales sobre el impacto de la pandemia en Francia.

CONCERTACIÓN LOCAL

A diferencia de la semana pasada, cuando los alcaldes de las ciudades afectadas se quejaron de no haber sido consultados, el Gobierno primó esta vez la concertación y el primer ministro francés, Jean Castex, se reunió por la mañana con los regidores de París, Lyon, Lille y Grenoble.

"Para que las medidas sean aceptadas y respetadas hace falta que los franceses las entiendan. El rol de los alcaldes es en ese sentido fundamental, razón por la que consultamos con ellos, especialmente en los territorios en alerta", dijo Véran.

El Gobierno también ha intentado calmar el temor del sector de la restauración, ahogado por la crisis económica y con horarios de cierre que en ciudades como París se ha adelantado a las 22.00 en los bares.

Verán aseguró que el Ejecutivo evalúa posibles reglas que podrían permitir su apertura parcial, con un protocolo sanitario estricto para minimizar la posibilidad de contagios.

La estrategia de las autoridades francesas está basada en la prevención, la ruptura de la cadena de contagios y una actuación local. Desde agosto, según el ministro, se realizan más de un millón de pruebas diagnósticas a la semana.

La medida que más divide a la población es el cierre de bares y restaurantes. Según un sondeo de los institutos demoscópicos Odoxa-Dentsu Consulting difundido este jueves, un 50 % se posiciona a favor y la otra mitad en contra.

Siete de cada diez franceses se oponen a un nuevo confinamiento generalizado y seis de cada diez son contrarios a cerrar escuelas y universidades, y en términos generales la población es muy crítica con la actuación gubernamental.

Solo el 46 % cree que el Gobierno es consciente de la gravedad de la crisis. Los detractores creen que el Ejecutivo "no sabe adónde va" (84 %), "no ha tomado las decisiones correctas en el momento adecuado" (75 %) o no ha dicho la verdad a los ciudadanos (76 %).

Las cifras permiten constatar el agravamiento de la situación: en el último día, según las autoridades sanitarias, ha habido 13.970 positivos y 63 muertes, hasta un total de 577.505 casos y 32.019 fallecimientos desde el inicio de la pandemia.

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