La canciller alemana, Angela Merkel, se propone buscar un consenso europeo para cerrar las estaciones de esquí al menos hasta enero, para evitar nuevos repuntes de contagios en esa actividad turística, pese a ser consciente de que topará con el rechazo de la vecina Austria.
"Trataremos de conseguir que se apruebe a escala de la Unión Europea el cierre del esquí", afirmó la jefa del Gobierno, en una declaración ante el Bundestag (Parlamento federal), donde explicó las decisiones adoptadas anoche con los poderes regionales.
En su reunión con los líderes de los "Länder" se decidió prolongar hasta enero las restricciones en vigor, inicialmente previstas todo noviembre, aunque con cierto relajamiento para favorecer los encuentros familiares en las festividades navideñas.
Merkel insistió ante los diputados en que, además del cierre de la gastronomía, el ámbito cultural o el ocio nocturno, hay que restringir al máximo los contactos y evitar cualquier viaje o desplazamiento no necesario.
En ello entran especialmente los "viajes turísticos" y también actividades como el esquí, añadió la canciller, para aludir a continuación que parte de la base de que encontrará ahí la oposición por parte de Austria.
Merkel se refirió a los avances logrados en la contención de la pandemia a lo largo de noviembre, con las restricciones en vigor desde el 2 de noviembre, y apuntó a que, gracias a ello, se ha logrado al menos desacelerar el aumento de nuevos contagios.
"Hay que seguir trabajando para reducir los casos", por lo que es preciso "endurecer algunas medidas", explicó, para abundar luego en la relajación de algunas medidas durante las festividades navideñas.
La alusión explícita a la práctica del esquí se produce en medio de la división de opiniones al respecto generada en Alemania. Desde ese sector turístico se insiste en que es un deporte al aire libre y, por tanto, sin riesgo añadido de contagios; el primer ministro de Baviera, el conservador Markus Söder, ha insistido en el peligro de que se genere otro Ischgl, la estación turística austríaca donde miles de turistas de toda Europa se contagiaron en la primera ola.
Según lo acordado ayer entre Merkel y los líderes, las restricciones a la vida pública y la actividad económicas, en vigor desde el 2 de noviembre, se prolongarán hasta enero. El criterio marco es lograr rebajar la incidencia acumulado hasta los 50 casos por cada 100.000 habitantes en siete días, criterio a partir del cual se considera se entra en zona de riesgo.
Actualmente la media nacional se acerca a los 150, con varias decenas de municipios, entre ellos Berlín, por encima de los 200.
Bares y restaurantes, teatros, cines, museos, discotecas y gimnasios seguirán cerrados, mientras los comercios tendrán aforo limitado. Las reuniones no podrán exceder a las cinco personas -como máximo, de dos hogares- y se recomienda el teletrabajo.
A partir del 20 de diciembre, de cara a las festividades navideñas, se relajarán estas medidas para posibilitar encuentros de hasta diez personas de distintos hogares, aunque se recomienda antes de estas reuniones permanecer en cuarentena domiciliaria o restringir al menos los contactos para evitar contagios.
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Angela Merkel buscará el consenso europeo para cerrar el esquí, pese al rechazo de Austria
"Trataremos de conseguir que se apruebe a escala de la Unión Europea el cierre del esquí", afirmó la jefa del Gobierno
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