La Policía Nacional han detenido a dos mujeres y un hombre de origen colombiano por presunta explotación sexual desde un piso de Granada donde se ejercía la prostitución.
Dos mujeres que estaban siendo explotadas sexualmente por este grupo lograron salir de esta situación tras denunciar a los tres detenidos, entre los que figura la principal investigada, según ha informado en un comunicado la Policía Nacional, que les atribuye delitos de trata de seres humanos relativos a la prostitución y la explotación sexual, entre otros.
Los arrestados son una mujer, su nieto y la novia de éste, todos de origen colombiano aunque la primera nacionalizada española.
La operación, denominada 'Dominica', se inició a principios del pasado mes de diciembre a partir de la información recibida a través de una denuncia formulada por una mujer que aseguraba haber sido explotada en el ejercicio de la prostitución en un domicilio situado en Granada.
Esta mujer relató que debido a su situación económica y personal se había visto obligada a trabajar en la prostitución en un club de alterne situado en de Alcalá La Real (Jaén).
Lo que comenzó como un acuerdo con la titular del negocio, terminó con la exigencia de que no podía discriminar a ningún cliente, según la Policía, que llevó a cabo una inspección en ese club de alterne, lo que propició el traslado del negocio hasta un piso de Granada que se utilizaba como domicilio para las chicas y también como lugar donde ejercer la prostitución.
Posteriormente, el negocio se amplió a un club situado en la localidad granadina de Padul.
A partir de la redada policial, en la que se localizaron a tres mujeres en situación de estancia irregular en el país, la cabecilla de esta red de explotación sexual ofreció un contrato de trabajo como limpiadora a la mujer, y posteriormente la coaccionó amenazándola con echarla del piso y no tramitar la oferta de empleo si rechazara a algún cliente.
Las investigaciones constataron que la víctima era obligada a ejercer la prostitución, primero en el club y luego en el piso, donde los presuntos proxenetas, tres personas de origen colombiano, la tenían bajo control.
Según la investigación, eran varias las mujeres a su servicio quienes, a veces en un club y otras en el domicilio particular, ejercían la prostitución y recibían parte de lo que los clientes les pagaban por los servicios prestados.
Esta situación fue corroborada por la denuncia, recibida con posterioridad, de otra de las compañeras de la mujer que propició el inicio de la investigación.
Finalmente los agentes detuvieron a la encargada de la explotación de las trabajadoras, así como a su nieto y a la novia de éste, quienes, en ausencia de la encargada, se ocupaban de las gestiones del club, como presuntos autores de delitos relativos a la prostitución, contra los derechos de los trabajadores, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y falsedad documental.