Habitualmente maridado con Oporto, el
queso inglés Stilton ha encontrado otro bien aliado en el vino dulce por antonomasia de la zona. En el
Museo del Cortador, en Chipiona, lo emborrachan con moscatel y el resultado debe ser excelente, porque a Pedro Mora, su propietario, se los quitan literalmente de las manos.
Después de que en verano haya hecho un alto en si elaboración, porque no es recomendable con las temperaturas tan altas, volverán de inmediato al experimento, que está causando furor.
Abocallena se ha trasladado hasta el lugar para conocer su historia.
Explica
Pedro Mora, el propietario, que para este queso suele utilizarse un oporto o pedro ximénez, pero que optó por el moscatel para darle un toque más local. La base es un queso azul, de buena calidad y unos ocho kilos de peso. En él se introduce una botella por el gollete y se deja así durante quince días. Pedro indica que el también horada un poco el queso por dentro, continuando su veteado natural y lo mueve cada noche para que el líquido impregne el queso perfectamente.
El queso es un Clawson y tiene Denominación de Origen. «Su pasta es enmohecida y su sabor es consistente. Tiene una textura cremosa con vetas azules de penincillium roqueforti», mientras que el moscatel de pasas