Investigadores descubren por primera vez un planeta extrasolar más pequeño que Mercurio

Publicado: 21/02/2013
El telescopio espacial Kepler, lanzado en el año 2009, pretende determinar la abundancia en la Vía Láctea de planetas rocosos en zonas habitables alrededor de estrellas similares al Sol
Científicos del Centro de Astrobiología y del Observatorio Astronómico Hispano-Alemán de Calar Alto han hallado por primera vez un planeta extrasolar más pequeño que Mercurio, más similar al tamaño de la Luna, gracias a la gran precisión del telescopio espacial Kepler, con el que se había detectado planetas de las dimensiones de la Tierra e incluso bastante menores.

   Según informan ambos centros, desde el descubrimiento en 1995 del primer exoplaneta, los investigadores han completado un amplio escenario de sistemas planetarios muy diferentes. Los primeros descubrimientos daban cuenta de planetas mucho más grandes y calientes que Júpiter y a distancias muy cercanas a su estrella.

   El telescopio espacial Kepler, lanzado en el año 2009, pretende determinar la abundancia en la Vía Láctea de planetas rocosos en zonas habitables alrededor de estrellas similares al Sol. Kepler monitoriza de manera constante unas 150.000 estrellas en busca de los tránsitos de sus cuerpos planetarios, esto es, acontecimientos equivalentes a los eclipses en el Sistema Solar.
EL 70% DEL TAMAÑO DEL SOL

   Durante 978 días, Kepler obtuvo estas señales de tránsito, indicadoras de la existencia de tres planetas, en las series temporales de datos fotométricos de una estrella parecida al Sol, aunque más fría, denominada Kepler-37, la cual, según las estimaciones, tiene el 70 por ciento del tamaño del Sol.

   El planeta ahora descubierto, Kepler-37b, es el más interno de este sistema de tres. Según David Barrado, director del Centro Astronómico Hispano-Alemán situado en Almería, "debido a su tamaño extremadamente pequeño, similar al de la Luna, y a su superficie altamente irradiada, Kepler-37b es, muy probablemente, un planeta rocoso sin atmósfera ni agua, similar a Mercurio".

   Para confirmar que los cambios de brillo aparente se debían a planetas orbitando alrededor de Kepler-37 no sirvieron, al contrario que en otros casos, las velocidades radiales ni las variaciones en los tiempos de tránsito, por lo que los investigadores exploraron posibles escenarios astrofísicos --llamados 'falsos positivos'-- que podrían imitar el tránsito de un planeta entorno a Kepler-37.
IMÁGENES DE MUY ALTA RESOLUCIÓN

   Para ello, los investigadores se sirvieron de un programa informático específico y de gran complejidad denominado Blender así como otra técnica observacional con el instrumento 'AstraLux', instalado en el telescopio de 2.2 metros del Observatorio de Calar Alto, que brindó imágenes de muy alta resolución de esta estrella, de calidad similar a las que se pueden obtener con el telescopio espacial Hubble.

   El investigador del CAB y miembro de AstroMadrid Jorge Lillo-Box ha explicado así que "con la técnica utilizada, denominada 'lucky imaging' hemos logrado descartar un gran número de falsos positivos, es decir, hemos eliminado configuraciones como la presencia de otras estrellas o las manchas estelares. Estos fenómenos pueden confundirse con un planeta, ya que causan efectos similares en los datos recibidos, por lo que solo con una observación precisa es posible descartar que se trate de objetos estelares en lugar de planetas".

   Parte de las imágenes se obtuvieron durante el tiempo garantizado español del Centro Astronómico Hispano-Alemán (Observatorio de Calar Alto, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas CSIC y de su homólogo alemán, la Sociedad Max-Planck MPG), tiempo que gestiona el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). Se pone así de manifiesto la eficiencia de los programas dedicados, que hacen uso de manera intensiva del tiempo de telescopio en proyectos que intentan ampliar las fronteras del conocimiento.

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