Para trasladar a los internos de los módulos 8 y de mujeres los beneficios de esta tradicional disciplina física y mental que se originó en la India
Cada viernes por la tarde, llueva o truene, los cuatro impulsores de la asociación 'Yoga Raíz ONG' se trasladan hasta el centro penitenciario El Acebuche de Almería para trasladar a los internos de los módulos 8 y de mujeres los beneficios de esta tradicional disciplina física y mental que se originó en la India.
Una experiencia que comenzó hace un año y medio y que este viernes por la mañana ha dado pie a un multitudinario acto en el salón de actos en los Olalla, Ana, José Miguel y Pablo han trasladado sus conocimientos ante más de un centenar de presos y presas, en una clase magistral que ha concluido con un taller-demostración de TaiChi impartido por un interno.
En declaraciones a los medios, Olalla Martínez, de 'Yoga Raíz ONG', ha explicado que la intención de esta clase era aprovechar las fechas navideñas para "hacer un evento un poquito más llamativo" y permitir así que presos de otros módulos puedan conocerlos, dando visibilidad a esta actividad para que pueda "seguir prosperando".
"Damos sesiones de yoga, somos monitores de yoga y meditación. Somos cuatro los que hemos emprendido en este proyecto y damos clases (en la prisión) todos los viernes por la tarde religiosamente", indica.
El objetivo es "ayudar a los internos". "Es muy gratificante, ves cómo van evolucionando, descubriendo que esto no es fitness, gimnasia, sino que hay un trabajo muy interior, los que vienen, responden muy bien", asevera.
"Es científicamente conocido que el yoga te da una cierta sensación de conciencia de tu cuerpo. Estamos muy desconectados. En las ciudades, si fuera hay mucho estrés, aquí dentro el estrés es constante. No desconectamos, dándole muchas vueltas a la cabeza", apunta Martínez.
En este sentido, sostiene que a través de los ejercicios de respiración y meditación, en primer lugar se adquiere una conciencia del propio cuerpo. "¿Dónde estoy? ¿Qué estoy haciendo?" son algunas de las cuestiones que, afirma, se responden con esta práctica que se adapta "poco a poco" a cada estilo de vida.
"Aquí dentro la vida es muy dura, en la calle también. Aporta también relajación, sales muy contento, relajado, quedando como un poso, no sólo en el día", añade.
El resultado parece ser adecuado porque ya hay internos que tras abandonar El Acebuche "se han convertido en yoguis, aprendiendo aquí". "Una de las premisas de nuestra asociación es acercar el yoga a personas que jamás lo habrían hecho. Aquí hay muchas condiciones sociales y económicas. Pero les ha gustado tanto que lo utilizan como herramienta en su día a día", apostilla.
Por su parte, el director de El Acebuche, Miguel Ángel de la Cruz, ha asegurando que el acto de hoy representa para él el inicio de la siguiente temporada de una actividad que "se ha implantado con una fuerza enorme por sus ventajas a nivel personal".
"Queremos que siga creciendo poco a poco, está en dos módulos, que sea el inicio de los siguientes, siendo ambiciosos y expandiéndolo. Una de nuestras funciones es ofrecer posibilidades de desarrollo y participación a los internos. Sin duda alguna el yoga reporta, a los reclusos o no, facultades de desarrollo y crecimiento personal impresionante"; ha concluido.