Es sorprendente que un equipo de Gobierno, con una abrumadora mayoría absoluta, en un flagrante incumplimiento de la ley, diga que es incapaz de tener los presupuestos antes de final de año como la ley ordena.
¿Cuál es problema? Principalmente dos. Uno, que están esperando a que la inflación sea positiva para aplicársela a los impuestos, todo lo contrario de lo que hicieron el año pasado que aprobaron las subidas en un 4,5 en octubre, antes de que bajara a niveles negativos, como así ocurrió. Es decir, mayores impuestos. El segundo problema está en la enorme deuda que está arrastrando el Ayuntamiento producto de una política basada en el despilfarro propagandístico, inversiones como la Tribuna y de gastos innecesarios.
Para que se hagan una idea, las estimaciones son de un déficit de 7 millones de euros, de 150 millones en créditos y en una deuda a proveedores de 103 millones, es decir, 253 millones o 42 mil millones de las antiguas pesetas, lo que hace que cada gaditano este endeudado en casi 350 mil pesetas.
Es aterrador el panorama que va a dejar esta señora cuando se vaya, como siempre dice ella, “El que venga detrás que arree”, ya lo hizo en El Puerto. Esa deuda a proveedores lo que hace es hundir a las pequeñas empresas, con el consiguiente paro en la ciudad. Eso sí, contratan a dedo a empresas de familiares de algunos de los de dentro.
Sobre los terrenos de la Deuda Histórica muestra una vez más su ralea política cuando siembra las dudas antes de conocer en cuanto han sido valorados por aquella.
En lo que a viviendas protegidas se refiere, asombra el desahogo con que habla de lo del Matadero, hay que recordar que el mayor retraso se produjo por el tiempo que tardaron en desalojar al inquilino y sus caballos. Y... ¿cuántos años tardaron en construir las casas de Puntales o un Polideportivo?
Es increíble que sigan hablando de lo del Padrón, lo que hicieron fue una chapuza tal que indigna los 100 millones de pesetas que se gastaron.
Con respecto a lo del PGOU, aquí es donde se puede comprobar lo que es gobernar atendiendo a caprichos y voluntades únicas, única explicación a que han sido incapaces de aprobarlo después de 15 años de gobierno.
Por último, las broncas en los Plenos. Miente cuando dice que esto solo está pasando ahora, pregunten a Fermín Moral, María de la O o a mí mismo. Los plenos los conduce de forma insultante y vejatoria para la oposición. Una muestra del abuso de poder fue la ilegal reprobación de Román.
Nunca calla a sus concejales, más de uno de ellos ha tenido que retractarse ante un Juez por querellas personales, cosa que ella consentía en el Pleno.
Es sintomático que en ningún lugar de la entrevista hay un solo ápice de autocrítica. Soy la autora de lo bueno y los demás de lo malo. ¿Soberbia?
