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Martes 16/04/2024  

La Pasión no acaba

Lágrimas de fuego

Un incendio forestal es un fracaso de todos, pero es más responsable quien le mete fuego al monte por cualquier tipo de interés y lo es, más aún, la autoridad..

Publicado: 27/07/2022 ·
22:49
· Actualizado: 27/07/2022 · 22:49
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  • Uno de los últimos incendios, al borde de Doñana. -
Autor

Víctor García-Rayo

El periodista Víctor García-Rayo es el presentador y director del programa La Pasión de 7TV Andalucía

La Pasión no acaba

Dedicado al alma de

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Un incendio forestal es un fracaso de todos, pero es más responsable quien le mete fuego al monte por cualquier tipo de interés y lo es, más aún, la autoridad política que se niega de manera sistemática a escuchar a las gentes del campo. Aquí está la clave. De medicina saben los médicos, de puentes los ingenieros, de música los músicos y de campo saben las gentes que lo viven, lo cultivan, lo cuidan, lo miman, lo conocen de manera ancestral y práctica, moral y ordinaria. Pero este colectivo está silenciado. Sus soluciones naturales a los problemas del monte son consideradas superficiales, pero se aplican absurdas prácticas de superficie para terminar matando la naturaleza. Así de incomprensible, así de ruin.

Está ardiendo el monte, el campo español llora lágrimas de fuego. A esta horas los políticos que deben velar por el Medio Ambiente permanecen en sus despachos, frescos y con al aire acondicionado haciendo agradable la estancia. Al mismo tiempo, cientos de personas se juegan la vida echando agua, abriendo zanjas, dejando litros de sudor en los terruños, muriendo dentro de sus trajes a 50 grados. Y familias que se ven obligadas a abandonar sus casas, y hectáreas de flora y fauna ibéricas que fallecen con el paso de los minutos. Eso sí, en esos despachos de nuevos defensores de una ideología ecologista radical -absurda por falsa- se vive un lleno absoluto de personas que (fresquitas) dibujan sobre un papel unas agendas de "sostenibilidad" tan inverosímiles como distantes de las necesidades reales del campo.

Urgen los cortafuegos, naturales y artificiales, hace tiempo que el campo reclama más efectivos de mantenimiento y conservación del monte y la inversión en esta materia por parte del Estado y las Comunidades Autonómas  es aún insuficiente.

Hay que poner menos pegas a los rebaños de ovejas y cabras y limitar el poder decisorio de otro tipo de "rebaños" que desconocen el fondo de la cuestión fundamental que subyace en la problemática que nos ocupa.

Siempre habrá rayos sobre el pasto, vendrán más periodos de sequías, no podremos evitar que algún sinvergüenza cometa "asesinatos contra la naturaleza" y siempre saltará una chispa de una máquina agrícola. Habrá colillas lanzadas desde las ventanillas y ocurrirán accidentes. El campo, maldita la mano del hombre, vive bajo el yugo del temor constante. Pero no podemos tirar la toalla. ¡Los políticos deben enterarse y asumirlo! Hay que escuchar a las gentes que lo viven. Y es muy urgente. Tanto, que nuestros montes se mueren mientras muchos ecologistas teóricos que no conocen la materia de verdad toman decisiones bajo un aire acondicionado con una autosatisfacción cómplice...y nuestras gentes del campo lloran lágrimas de fuego.

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