Llegó al Puerta del Mar en febrero del año pasado para sustituir a la anterior directora gerente, Asunción Cazenave. Desde el primer momento tuvo las ideas claras, aunque se ha tenido que tomar un tiempo personal para el concomiento del centro sanitario.
—Tomó las riendas del Hospital Universitario Puerta del Mar hace justo un año, ¿qué balance puede hacer de 2009 y lo que llevamos de 2010?
—Puedo hacer un balance positivo, no sólo de mi estancia en el Hospital, también del centro sanitario en sí. Las impresiones que tenía cuando llegué se han confirmado. Es un magnífico hospital, en él trabajan profesionales absolutamente motivados, con muchas ganas de innovar y muy comprometidos con la asistencia sanitaria. Durante este año lo que he podido comprobar es ese grado de implicación de los trabajadores.
—¿Qué destaca de este año al frente de este centro de referencia en la provincia?
—En general, destacaría que hemos conseguido tener un clima profesional y laboral mucho más tranquilo. El hospital tiene un personal que trabaja en equipo. Y otra cosa importante que se ha producido es el sentido de pertenencia. Estoy viendo que los profesionales están orgullosos de desempeñar su labor en este centro. Somos hospital de referencia y nos lo estamos creyendo y hemos avanzado bastante en nuestro compromiso con la calidad asistencial.
—¿En qué consiste su papel como gerente?
—La Gerencia debe estar como un apoyo sistemático a sus empleados, pero los protagonistas son los trabajadores, y los pacientes lo más importante. A eso se le denomina Gestión Clínica y se ha potenciado de una manera extraordinaria en 2009. La muestra es que hemos pasado de tener un 20 por ciento de profesionales bajo esta manera de organizarse, al 80 por ciento. Sólo nos quedan seis servicios que aún no han dado el paso de organizarse de manera autónoma, responsable y con esta nueva forma de enfocar la asistencia sanitaria. A esto hay que sumar que los profesionales se están acreditando por la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía. En el año 2009 el 20 por ciento de los profesionales estaban de alguna manera en este en proceso de acreditación y nuestras unidades clínicas y servicios también se están acreditando, al igual que nuestra cocina y lavandería que están ya reconocidas por agencias externas. Todo esto es un compromiso muy fuerte de nuestros profesionales por la calidad.
—Se ha mostrado siempre especialmente preocupada por las reivindicaciones históricas de los pacientes de este hospital, ¿se ha avanzado en algo en este sentido?
—Se ha dado un giro en lo que respecta a los ciudadanos. Hemos puesto en marcha un nuevo Programa de Visitas y Acompañamiento del paciente, se ha creado una Comisión de Participación Ciudadana y se están haciendo estudios constantes con las encuestas de valoración que realizan nuestros pacientes. Por lo general los ciudadanos están muy satisfechos con su hospital, aunque evidentemente también hay cosas que mejorar. Hay que trabajar más en dotar a los pacientes de una intimidad y tenerlos en cuenta también en el tratamiento de sus enfermedades, para eso hemos creado el Sistema de Consentimiento Informado. Los ciudadanos también se quejaban de las dificultades para estar cómodamente en las instalaciones del hospital y nos hemos gastado cerca de 6 millones de euros en infraestructuras, equipamientos y tecnología para ir subsanándolo. En general resaltaría el trabajo en equipo de los profesionales, la grandeza del hospital desde el punto de vista de la asistencia sanitaria que se presta a toda la provincia, la mejora de las relaciones con la atención primaria y nuestro compromiso con la calidad y con los ciudadanos.
—Es cierto que en el hospital hay buenos profesionales, ¿pero también habrá contribuido a los cambios que usted está al frente del centro?
—Sinceramente, creo que las personas que dirigimos, sin el equipo que tenemos detrás, no somos nadie. Si el cambio estratégico lo están apreciando los ciudadanos no es un mérito de la Dirección-Gerencia, sino de un equipo de profesionales que trabajan bajo unas orientaciones que son compartidas también por el resto de empleados y los sindicatos. Hay que trabajar de la mano de los sindicatos, porque es algo muy importante, y nosotros lo estamos haciendo y lo estamos consiguiendo. No es imposible trabajar juntos. Hay que tener en el disco duro que eres un servidor público. Cuando tengo decisiones duras que tomar, aunque sean difíciles, siempre me hago la misma pregunta, y si es bueno para los pacientes voy a por ello, por complicado que sea.
—¿Qué ha sido lo más difícil de su gestión?
—Mi trabajo interno. Venir a un hospital que no conocía, conocer el centro desde dentro. Me he tenido que dar un tiempo de trabajo personal, de acercamiento a los profesionales, de estar a pie de cama y a pie de quirófano. Lo más complicado ha sido hacerme con el conocimiento del hospital y aún me queda mucho trabajo por delante. También ha sido complicado poner en marcha los cambios que son necesarios para transformar una realidad que no le gustaba a nadie. Sobre todo cuando he tenido que introducir cambios en cosas que siempre se han hecho de una manera determinada, porque es quebrar una tendencia. La gestión es mucho de sentido común y practicarlo es una garantía de éxito.
—Una de las medidas que ha trascendido más a la sociedad gaditana ha sido el nuevo Programa de Visitas y Acompañamiento del Paciente. ¿Qué valoración hace tres meses después de su puesta en marcha?
—En tres meses poco balance se puede hacer porque es una medida que requiere un cambio de mentalidad. Sabíamos que iba a ser un tema complicado, pero nosotros estamos satisfechos, no porque podamos decir que sea un éxito al cien por cien, sino porque se ha creado una cultura entre los profesionales de participación en su cumplimiento. Nuestra Comisión de Participación colaboró activamente en este Plan y el 25 de febrero se reunieron para crear una comisón de valoración. Entre los objetivos de este año está el cumplimiento del plan. Los jefes de servicios y de las unidades clínicas tienen que hacer un informe mensual de cómo va. En algunas unidades está funcionando muy bien y si en una planta marcha no entendemos por qué en otras no. Hay que copiar en el resto de servicios lo que hemos hecho bien en aquellas unidades que están funcionando.
—Imagino que le habrán llegado críticas de la bolsa única de empleo que se ha creado y que ha empezado a funcionar el año de su llegada...
—Es una norma que tenemos que cumplir porque estamos obligados, y no lo ha decidido unilateralmente el Servicio Andaluz de Salud, se ha decidido por consenso de todas las fuerzas sindicales de Mesa Sectorial de Sanidad. Es una manera de estabilizar a personas en el empleo con igualdad de oportunidades y transparencia. Nunca llueve a gusto de todo, pero las leyes de nuestra Constitución están para cumplirlas, aunque a veces no nos guste. La Bolsa regula el sistema de acceso a puestos de trabajo y se ha hecho con consenso. Creo que perdemos de vista que el instrumento se está convirtiendo en foco de atención, cuando lo realmente importante es la consolidación en el empleo. Lo satisfactorio es que profesionales que hasta ahora eran eventuales tendrán un empleo más estable y deberíamos estar felicitándonos de que se van a estabilizar en torno a 250 trabajadores y no centrarnos en que el instrumento es mejorable, porque todo es mejorable.
—Uno de sus objetivos cuando llegó fue reducir el número de contratos que se hacen a días sueltos, ¿se está consiguiendo?
—Claro que sí. Se quitaron inmediatamente esos contratos. Lo que hemos hecho es tener en cuenta al volumen de días contratados el año anterior, lo dividimos por lo que dura un contrato y sabemos cuántos contratos tenemos que realizar. Eso nos ha permitido crear más empleo estable. En cualquier caso, nunca vamos a erradicarlo, porque es imposible, siempre hay personas que se tienen que ausentar sólo unos días y hay que cubrirlos.
—Nada más tomar el mando creó la Subdirección de Participación Ciudadana. ¿Está satisfecha con esta decisión?
—Por supuesto. Sin esa subdirección no hubiera sido posible avanzar en el compromiso con los ciudadanos. Es una manera de vehiculizar que los gaditanos tengan un protagonismo activo en la vida del hospital. De hecho, todas las unidades clínicas tendrán que abordar este año una comisión de participación ciudadana para los enfermos que los visitan. Así, cada unidad trabajará con las asociaciones de enfermos que necesitan de sus servicios.
—En Urgencias se hicieron unas obras para dotar la unidad de una sala de cuidados intermedios que culminaron hace más de un año y que aún está cerrada. ¿Hay fecha de apertura?
—Las obras se terminaron en 2008, pero el Hospital está sometido a mejoras continuas. En Urgencias lo que hubo fue una propuesta de sus propios profesionales para la modificación de los espacios que ya habían sido modificados. La Medicina cambia y hay que adaptar los espacios continuamente. Esas modificaciones se harán cuando tengamos la financiación para ello y en cuanto esté terminado la pondremos en funcionamiento.
—¿En qué punto se encuentra el Plan de Reorganización de Camas que actualmente se está elaborando?
—El Plan está definido. Se ha consensuado con los profesionales que están implicados en los cambios. Este proyecto tenía dos elementos. Por un lado, establecer unas instrucciones de cómo se gestionan las camas en el hospital, que eso ya se ha hecho y se ha remitido el día 2 de marzo y, por otro lado, ordenar el número de camas que tenía cada servicio. Ese trabajo también está terminado, queda por definir algunas cuestions menores y a mí lo que me gustaría resaltar es que es un proyecto necesario para garantizar la calidad asistencial. No reduce camas, sólo las ordena. Los pacientes deben estar ingresados en las áreas que necesitan para evitar que un ingreso se produzca donde no debe.
—¿Faltan camas en el hospital o es una leyenda urbana?
—Nada más lejos de la realidad. El hospital el año pasado hizo 24.927 ingresos, un 2 por ciento más que en 2008, pero el porcentaje de ocupación de nuestras camas bajó cerca de cuatro puntos. El año pasado sólo el 76,9 por ciento de nuestras camas estuvieron ocupadas a lo largo de todo el año. Son unos índices de ocupación extraordinarios que sólo se consigue disminuyendo la estancia media de los enfermos. Ahora tenemos una estancia media de ingreso de 7,5 días, frente a los 8 de 2008. Comparándonos con otros hospitales todavía tenemos que reducir un poquito más.
—¿Cuáles serán los servicios que se verán reforzados con más camas?
—Principalmente Neumología, Medicina Interna, Cardiología y Oftalmología.
—¿Se va a cerrar algún control?
—Nosotros ni abrimos ni cerramos controles. Lo que tenemos en el hospital son camas. No van a disminuirse, ni se van a reducir el número de profesionales que trabajan aquí. Vamos a reorganizarlas. Hay que desterrar ese lenguaje, porque es absolutamente anacrónico. Lo de los controles lo he descubierto cuando he llegado a Cádiz. Es algo genuino de Cádiz. En otros hospitales en los que he trabajado no hay controles, sino plantas de hospitalización. Lo importante es que los pacientes tengan su espacio y a sus especialistas. Vamos a desterrar lo otro.
—Cómo se plantea el verano, porque los sindicatos siempre han critado el cierre de camas en esas fechas.
—Espero que muy bien. Tendremos que realizar los refuerzos necesarios y volveremos a hacer lo mismo que el año pasado. Tendremos que hacer obras en determinadas plantas e intentaremos aprovechar para ponerlo todo a punto para la puesta en marcha del Plan de Reorganización de Camas.
—El traslado al nuevo hospital llevará consigo todo un plan estratégico previo para la adaptación de profesionales y traslado de enfermos, ¿se está trabajando ya en ello?
—Ya lo hemos iniciado, porque los retos que tenemos para el futuro son preparar el traslado con una nueva manera de trabajar. El traslado no sería nada si no fuera porque hemos cambiado la forma de realizar la práctica clínica. De ahí la importancia de que cada unidad trabaje de forma autónoma y responsable. Por poner un ejemplo, este año hemos creado la Unidad de Atención Integral al Cáncer, con esto lo que buscamos es que todos los cuidados sanitarios que tengan que ver con la atención a los pacientes con cáncer se hagan de manera integral, independientemente del tipo de afección. Irá todo en función del proceso asistencial del paciente. Por eso hemos puesto en marcha también la Unidad Clínica de Atención del Aparato Locomotor, la Unidad Clínica de Cirugía Cardíaca o la Unidad Clínica de Cardiología. En definitiva, tratar a los pacientes como un todo. Eso es un trabajo de preparación para el futuro y también supone un cambio cultural. Hemos roto el esquema vertical de especialidades médicas para transformar el hospital hacia lo horizontal.
—¿Le haría ilusión estrenar la Gerencia del nuevo hospital?
—A mí me hace ilusión venir a trabajar todos los días. Me encanta la gestión sanitaria. Voy a estar dispuesta a trabajar allá donde me pida mi organización. Si todo va bien, por supuesto que sí, sería un honor.
—Sería lo que le falta a Cádiz para convertirse en referente de la asistencia sanitaria en Andalucía.
—Ya lo es. Se puede comparar con los mejores hospitales de esta comunidad autónoma y fuera de ella. El SAS y la Consejería organizan los servicios en función del número de pacientes que sufren esas enfermedades. No podemos pretender, por ejemplo, que en un hospital comarcal se puedan hacer transplantes cardíacos, porque no tiene sentido. En todos lados no tiene por qué haber de todo, no por abrir muchos hospitales se consigue la calidad asistencial. Hay que llevar los servicios donde tengan que estar.
—¿No se arrepiente entonces de haber aceptado este cargo?
—Para nada. Estoy aprendiendo mucho todos los días. Tenemos retos muy importantes. Estoy muy orgullosa y me siento una privilegiada.