Es el caso de la de Padre Marchena hacia el Punto, ahora de una sola dirección, pese a sus dos carriles. Las protestas no han tardado en ver la luz y, en unas horas, ya el sector del taxi anunciaba movilizaciones si “esto no se soluciona de aquí a un par de días como máximo”.
Las palabras pertenecen a Jesús Vázquez, presidente de la empresa municipal Teletaxi, quien comentó, tras la realización de una asamblea con sus trabajadores, que “el Ayuntamiento está al tanto de nuestras intenciones y nos han asegurado que se van a poner en contacto”. Pese a esto, Díaz hace hincapié en que “lo que queremos es entrar a Gran Vía desde la Avenida Sundheim, y si no se logra emprenderemos acciones de protesta”.
La otra empresa que realiza también el servicio en la capital, Servitaxi, aboga en un principio por, como manifiesta su director, Rafael Bueno, “esperar un poco más porque el Consistorio nos ha dicho que se va a dejar el tráfico así en un principio, para ver cómo va, y que si es preciso se realizarán cambios”.
Eso sí, Bueno, como Vázquez, también anuncia “que nos quejaremos, porque para nosotros supondría una gran pérdida ya que nos obligaría a dar un gran rodeo para acceder al centro al tener que entrar por la calle Palos, continuando por Fernando el Católico y Padre Marchena”.
En cuanto al sistema de bolardos instalado, comentó que “nos parece muy bien, pero lo mismo podría haberse hecho 60 metros más adelante, en la puerta de la Casa Colón, dejando ese carril para nuestro uso”.
Por su parte, el alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, aseguró que los taxistas son “unos privilegiados” debido a que cuentan con diversas opciones para acceder a la vía objeto de polémica.
Aún así, manifestó que “entiende” la reclamación del sector de entrar en la avenida desde la Alameda Sundheim, aunque indicó que “no es posible” porque en la zona hay “500 aparcamientos” entre los párking públicos y los vehículos que circulan por la calle Palos.
Por otra parte, garantizó que la peatonalización de la avenida restringe el acceso al transporte público y a residentes con plaza de garaje o bien los residentes que necesiten acceder de forma puntual. De este modo, se da respuesta a “un clamor popular”.