En un día gris, lloviendo a intervalos, aunque la organización no suspendió el juego ni una sola vez, y con mucho viento, tres españoles se colocaron en los octavos de final, y aseguraron su presencia en la segunda semana.
Nadal, al vencer a Hewitt, por 6-3, 6-4 y 6-3, en dos horas y 48 minutos, ya tiene los puntos defendidos del año pasado. Verdasco, sufrió ante el alemán Philipp Kohlschreiber durante cuatro horas y dos minutos, y se rompió una uña del pie izquierdo en el que también sintió un dolor en el tobillo, pero ganó por 2-6, 6-3, 6-3, 6-7 (1) y 6-4.
Almagro se deshizo del ucraniano Oleksandr Dolgopolov, por 6-3, 6-3 y 6-4, y dijo que se consideraba un "un jugador del lado oscuro".
En la misma parte del cuadro, pero por arriba, David Ferrer y Juan Carlos Ferrero no pudieron unirse al grupo. El de Xavea jugó un partido anodino, sin fuerza y garra, y cayó ante el austríaco Jurgen Melzer, con quien no había perdido en los tres enfrentamientos anteriores, por 6-4, 6-0 y 7-6 (1).
Mientras, Ferrero, campeón del 2003, que se había agotado el viernes contra Pere Riba, jugó con calambres en el cuádriceps ante el estadounidense Robby Ginepri, 98 del mundo, y cedió por 7-5, 6-3, 3-6, 2-6 y 6-4, después de tres horas y 16 minutos.
Ferrer, por su parte, también perdió una ocasión de oro. El de Xavea, sin garra, y profundamente desmotivado, cayó ante el austríaco Jurgen Melzer, por 6-4, 6-0 y 7-6 (1), después de que el día anterior había salido más fresco que el resto, pues su rival, el belga Xavier Malisse, se le retiró a principios del tercer set.