El gobernador interino impuesto por Rusia en la región ucraniana de Zaporiyia, Yevgueni Balitski, reconoció hoy finalmente que las tropas rusas se retiraron de la localidad de Robotine, en torno a la cual las fuerzas de Kiev avanzan actualmente más hacia el sur.
"El Ejército ruso abandonó en un paso táctico esta localidad (...)", señaló el político en el programa Soloviov Live, donde recalcó que no había ya donde atrincherarse en una aldea arrasada.
Según Balitski, Robotine ya solo existe en el mapa y "podemos decir que no la controlamos".
Rusia ha negado durante días la versión oficial ucraniana, que informó a finales de agosto de que las tropas de Kiev habían tomado la localidad totalmente.
La víspera misma un político de Zaporiyia que lidera el movimiento "Juntos con Rusia", Vladímir Rogov, dijo a la agencia oficial RIA Nóvosti que las fuerzas ucranianas habían quedado atrapadas en "una bolsa de fuego" en Robotine.
La semana pasada el Ejército ucraniano expandió tras la liberación de Robotine su contraofensiva hacia la ocupada localidad vecina de Verbove y aseguró el fin de semana haber roto la primera línea de defensa de Rusia en algunos puntos del frente suroriental.
El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, en inglés) indicó hoy que imágenes geolocalizadas del martes indican que las fuerzas ucranianas avanzan al noroeste y oeste de Robotine, al igual que al sur de la localidad y al noroeste de Verbove.
El objetivo de Ucrania es superar ahora la segunda línea de defensa de Rusia, aparentemente menos densa en cuanto a minas, dientes de dragón y fosos antitanque que la primera, para llegar a la ciudad de Tokmak, un importante nudo de comunicaciones con carreteras hacia Melitópol y Berdiansk, en el mar de Azov.