Voy a abandonar al menos por una semana la política y les cuento algo más relajado, sin las diatribas que nos ofrecen los días que estamos viviendo en este país. Algo que sirva como bálsamo, relax o como un oasis en medio de toda esta vorágine. Ahí vamos.
Aquellos que hemos tenido la suerte de viajar (o peregrinar) a Tierra Santa hemos echado en falta, al menos en mi caso, conocer piezas u obras de arte que guardan muchas de las iglesias de aquel territorio, especialmente la basílica del Santo Sepulcro. Cierto es que, en la misma, los mayores tesoros son el Gólgota y la tumba de Jesús, que no es poco. Pero salvo las piezas que adornan litúrgicamente los altares, poco más se puede contemplar en ese santo lugar.
El museo Gulbenkian de Lisboa acoge, a partir del próximo mes de noviembre y solo hasta febrero, una extraordinaria exposición que, bajo el título de "El tesoro de los Reyes. Obras maestras del museo de Tierra Santa", muestra el rico y poco conocido tesoro artístico de este museo de Jerusalén, formado por donaciones realizadas por los monarcas católicos europeos a diversas iglesias de ese territorio a lo largo de 500 años. Unas piezas que, por primera vez, salen de la capital israelita para ser expuestas en la capital portuguesa.
Si nos llama la curiosidad y ahondamos un poco en la historia, podemos descubrir que soberanos europeos, como Felipe II de España, Luis XIV de Francia, Jõao V de Portugal, Carlos VII de Nápoles o María Teresa de Austria enviaron recursos materiales y económicos destinados a apoyar a las iglesias y comunidades locales en las históricas épocas de conflicto de la zona, que como ustedes saben han sido muchas. Así, estos y otros monarcas aportaron monedas de oro, cera y, en el caso portugués, bálsamos, perfumes, especias y té. Pero además de estos recursos efímeros, estas iglesias y sobre todo la basílica del Santo Sepulcro, fueron objeto de la generosidad de los reyes con aportaciones de obras artísticas de orfebrería, textiles y muebles, con el fin de ser utilizadas en el culto y en la decoración de espacios religiosos. Una selección de piezas dignas de ser admiradas.
La exposición ofrece también un recorrido por la historia antigua y el simbolismo espiritual de la basílica del Santo Sepulcro, así como por el papel desempeñado por la Custodia de Tierra Santa -la institución franciscana católica encargada de velar por los lugares cristianos en Tierra Santa- en la recepción, uso y conservación de estos objetos de culto católico. Entre las piezas expuestas se encuentran un manuscrito armenio del siglo XV; las Capitulaciones de Muhammad IV de 1642; una capa pluvial datada en 1615; un evangelio armenio de 1455, realizado entemple, oro y tinta sobre papel o singulares piezas de orfebrería de plata y cobre dorado adornadas degemas, esmaltes, amatistas, rubíes, diamantes, zafiros o esmeraldas.
Una exposición muy recomendada y que revela una de los grandes tesoros ocultos de una tierra que siempre tiene algo por descubrir.