Cubren apenas un 6 % de la superficie terrestre, cobijan al 40 % de especies de flora y fauna y permiten ganarse la vida a 1 de cada 8 personas, según datos de la ONU, pero los humedales siguen siendo hoy día uno de los ecosistemas más degradados y amenazados del planeta.
Y las perspectivas para su conservación son inciertas: el drenaje y relleno para su uso en agricultura y construcción, la contaminación o las especies invasoras son algunas de la amenazas para este tipo de hábitat que ha perdido en torno al 35 % de su extensión en los últimos 50 años, de acuerdo con la información de las Naciones Unidas.
Este organismo impulsó el conocido como Convenio de Ramsar, firmado el 2 de febrero de 1971, para "visibilizar y crear conciencia acerca del valor de los humedales para la humanidad" y desde entonces se conmemora en esa fecha el Día de los Humedales que, en el caso de España, cuenta con 80 de estos espacios en la lista Ramsar de Importancia Internacional.
Sin embargo, "el 85 % de ellos se encuentra en un estado de conservación preocupante", ha alertado a EFE el delegado de SEO/BirdLife en la Comunidad Valenciana, Mario Giménez.
"Las principales civilizaciones, históricamente, estaban cerca de humedales o ríos importantes", recuerda, lo que contrasta con su pérdida acelerada en la época contemporánea.
"Hace poco que se pusieron en valor" de nuevo pues "durante la primera parte del siglo XX estaban calificados como zonas improductivas y foco de enfermedades, como la malaria", apostilla.
En realidad, son un paraíso para la biodiversidad y, en especial, como reservas ornitológicas para especies como el avetoro común, recientemente elegida Ave del Año 2024 de esta ONG.
Al pensar en humedales se imaginan "los famosos de Doñana pero otros más pequeños son también relevantes para la supervivencia de especies" como el escribano palustre, "en peligro de extinción aunque se adapta bien a humedales recónditos y de pequeña dimensión".
El principal factor del deterioro de estos ecosistemas en el caso español, según Giménez, es "la mala gestión del agua, a la que hay que sumar los ciclos de sequía, agravados por el cambio climático" y otras circunstancias como "la excesiva concentración de flamencos en puntos concretos" o la mala praxis en la explotación agrícola con usos incontrolados de pesticidas.
La suma de estos elementos ha perjudicado espacios emblemáticos como el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, el humedal manchego más conocido, que "recibe agua del Guadiana de forma artificial para mantenerse con vida" o la laguna endorreica de Fuente de Piedra en Málaga, cuyo llenado "depende las precipitaciones" y se ve amenazada por la sequía.
Actividades para conocer los humedales
Con motivo de este día mundial, SEO/BirdLife ha diseñado más de un centenar de actividades divulgativas para dar a conocer la relevancia de estos hábitats, como un taller de observación de aves en el Centro Ornitológico del Parque Nacional de Doñana mañana sábado o una recogida de "basuraleza" -residuos esparcidos en el medio natural- en el entorno del río Manzanares el domingo.
Otras organizaciones conservacionistas han planteado también sus propuestas, como Ecologistas en Acción, que esta misma semana organizaba visitas guiadas a las marismas del Tinto y Estero de Domingo Rubio (en Huelva), las lagunas de Ambroz (en la Comunidad de Madrid) y el Mar Menor (Región de Murcia).
Portavoces de esta ONG han afirmado que su decadencia es consecuencia principalmente "de la transformación del uso del suelo y la contaminación química de las aguas subterráneas por parte de la agricultura y ganadería intensivas".
Por eso, bajo el lema '¡Restaurar la Naturaleza!', han apelado a "la inminente aprobación" del Reglamento europeo sobre Restauración de la Naturaleza que supone "un marco adecuado para exigir y avanzar en la recuperación de estos ecosistemas".