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Arcos se erige en Belén Viviente por antonomasia

La avalancha de miles de personas en el recinto monumental de Arcos avala el éxito y la proyección su Belén Viviente, donde los andaluces tienen todos los años, desde hace ya 25, una cita ineludible con el sentimiento navideño. Por José A. Benítez Fotos Macías

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  • Manuel, Anjara y Francisco son este año María, San José y el Niño Jesús. Así se mostraron en su establo de la calle Nueva. -
  • Unas 25.000 personas, cifra récord del evento, se dieron cita en el conjunto monumental arcense
A falta de una valoración definitiva, el de este año ha sido probablemente el Belén Viviente más multitudinario de las veinticinco ediciones en que se viene desarrollando este auténtico espectáculo para los sentidos. Ello se dejó notar en las primeras horas de la tarde de ayer, con una Cuesta de Belén donde no cabía alma y donde el dispositivo de seguridad tuvo que emplearse a fondo para que el acceso al conjunto monumental fuera lo más ordenado posible. Los que tuvieron mayor suerte no pudieron más que encontrar un aparcamiento a las afueras de la ciudad, como mínimo en el recinto ferial, dada la avalancha de visitantes llegados desde diversos puntos de Andalucía.
El público estaba ansioso de presenciar las 30 escenas en torno al Nacimiento de Dios que movilizaron a prácticamente toda la vecindad del conjunto monumental y a numerosos colectivos. A las 18.30 horas, la renovada Puerta de Belén abrió al público con el tradicional corte de cinta por parte de la alcaldesa, Josefa Caro, y su equipo de Gobierno, a lo que seguiría una multitud que fue adentrándose en el ya oscuro y bien iluminado naturalmente casco antiguo.
El recorrido de este año de bodas de plata ha contado con novedades que bien merecen la reconsideración del público, ya que vienen a renovar un acontecimiento de máxima proyección que no desfallece pese a su longevidad. Así, la escena de la boda hebrea regresó a las gradas de Santa María, mientras que la carpintería se trasladó de Bóvedas a Higinio Capote. En Bóvedas se instaló la alfarería, interpretada por la Escuela Municipal de Arte; en la calle Maldonado se instaló una escena de oficios hebreos artesanos; el palacio de Oriente se marchó a las puertas del castillo, mientras que la plaza del Cabildo experimentó esa anunciada reorganización que aportó nuevas panorámicas estéticas del montaje.
La escena de los Reyes Magos también estrenó elementos decorativos, aunque lo más llamativo fue el número de figurantes que movilizó la organización, repitiéndose la cifra de años anteriores; es decir, más de 400 personas.
En varias de las 30 escenas distribuidas a lo largo del recorrido que bordeó los barrios de Santa María y San Pedro sus responsables ofrecieron buñuelos al público, así como algún detalle con el que agasajarle en una tarde fría, pero que permitió el lucimiento belenístico. Todos quedaron prendidos de la belleza y sutileza de escenas como La Visitación, Cantando al Mesías, Palacete Real,Cena de pobres, Patio romano, Empadronamiento, Lavanderas, La Fragua, Buscando Posada o Rebaño de ovejas. Pero si hubo una escena que volvió a resumir la esencia de la magna escenificación fue sin duda la del Nacimiento de Jesús; escena encarnada este año por los jóvenes Manuel y Anjara, y su recién nacido Francisco.
Junto al público, destacó en el recorrido el elevado número de medios de comunicación que se hicieron eco de este acontecimiento, sin duda alentados por la conmemoración de los veinticinco años de historia del Belén.
En cuanto a las fuertes medidas de seguridad dentro y fuera del recinto, bajo la coordinación del renovado cuerpo de Protección Civil, Cruz Roja movilizó a diez voluntarios y a dos vehículos de intervención rápida y UVI móvil. La Policía Local desplegó prácticamente a todos sus efectivos en torno a un acontecimiento apoyado por los bomberos y Guardia Civil, amén de los servicios sanitarios alertados para un posible caso de urgencia.

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