Todos los coches matriculados a partir de este sábado deben incorporar obligatoriamente al menos diez sistemas de ayuda al conductor (ADAS), según establece el nuevo reglamento sobre la seguridad general de los vehículos de la Unión Europea que tiene como objetivo reducir a cero las muertes por accidente en 2050.
Los ADAS son soluciones tecnológicas que se integran en los vehículos para mejorar la seguridad tanto del conductor y los pasajeros como de otros usuarios de la vía como peatones y ciclistas, además de mejorar la experiencia al volante.
Un estudio llevado a cabo por el Parlamento Europeo señala que los ADAS permitirán evitar hasta 25.000 muertes y más de 140.000 heridos graves en Europa en los próximos 18 años.
¿Cuáles son y para qué sirven?
- Asistente de velocidad inteligente. Esta tecnología ayuda a respetar los límites de velocidad, transmitiendo la información al conductor e interactuando con el vehículo. No solo avisa, sino que adecua automáticamente la velocidad a las limitaciones vigentes en cada tramo de la carretera.
- Cámara trasera con detección de tráfico cruzado. Ayuda a maniobrar marcha atrás. Las más completas asisten al aparcar mediante líneas auxiliares de guía que marcan la trayectoria, orientando sobre la dirección adecuada en sintonía con los puntos de giro del volante. Se activa cuanto el conductor inserta la marcha atrás o conectando el sistema al pulsar un botón en el interior.
- Alerta de cambio involuntario de carril. Si no se ha activado el intermitente y el coche está saliendo del carril, el vehículo emite una señal para avisar, que puede ser visual en el cuadro de instrumentos, sonora o por vibración del volante o asiento.
- Detector de fatiga y sueño. Cuando los diferentes sistemas (sensor en el volante o cámara que monitoriza las facciones de la cara) detectan fatiga o que el motor lleva más de dos horas en marcha, se emite una señal luminosa en forma de taza humeante o un mensaje de texto.
- Sistema de frenado de emergencia BAS y EBA. Asegura que la frenada se realice con la intensidad necesaria para detener el coche reduciendo al máximo la distancia. Mide la intensidad con la que el conductor pisa el pedal del freno a la vez que la velocidad con la que se libera el acelerador para detectar si se está ante una situación de inminente peligro y cuando la percibe entra en funcionamiento.
- Bloqueo del vehículo con alcoholímetro (alcolock). Analiza la tasa de alcohol del conductor al soplar por una boquilla y si supera la legalmente establecida, no deja que el motor arranque. La UE solo obliga a la preinstalación de este sistema, mientras que su instalación dependerá de la legislación de cada país.
- Caja Negra: accidentes con todos los datos. Tienen como fin recopilar información, tanto del vehículo como de sus ocupantes, registrando y almacenando los datos para, en caso de accidente, poder conocer lo que ha ocurrido antes, durante y después del siniestro. Normalmente se sitúa bajo el asiento del conductor atornillada al chasis.
- Alerta de cinturón en las plazas traseras. Este sistema determina si una plaza está ocupada, mediante un sensor de carga. Y comprueba, mediante otro sensor situado en la hebilla del cinturón, que está bien cerrado.
- Control de crucero adaptativo. Mantiene la velocidad programada de manera continuada cuando está activado. Además, frena y acelera el vehículo para adaptarse al tráfico.
- Sistema de control de presión de neumáticos. Controla que se mantenga la presión indicada por el fabricante y avisa al conductor cuando los parámetros no son los correctos.