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Tan exóticas, tan invasoras

Marismas del Odiel trabaja en el estudio y erradicación de la flora perjudicial

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  • Sánchez con una invasora -
Asimple vista lucen los paisajes, y a ojos no entendidos pueden parecer parte de la riqueza de la vegetación onubense. Pero no es oro todo lo que reluce en la flora que se observa en los paisajes de Huelva, ya que parte de ella forma parte de las denominadas especies exóticas invasoras. Procedentes de otros ecosistemas, se acaban instalando y haciendo suyo el lugar de destino, trastocando el ritmo propio de la naturaleza original, con ciertos rasgos de insalubridad para el ser humano e incluso poniendo en peligro ciertas estructuras económicas de la provincia, principalmente la agrícola.

Enrique Sánchez es técnico de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en el Paraje Natural Marismas del Odiel, y, aparte de su trabajo de vigilancia, conservación, supervisión y estudio del impresionante espacio natural onubense, lucha, desde hace una década, junto a una red de voluntarios, por contrarrestar los efectos adversos de las exóticas invasoras.

Contaminación genética, hongos, plagas, influencia en la economía agrícola...
‘Bandera de España’, así conocida por el color de sus flores; ‘Hierba del asno’, con flores de un amarillo intenso; ‘Espinazo del diablo’, con flores rígidas y tersas de un color verdes grisáceo... Son algunos de los ejemplos que se pueden encontrar en la carretera que conduce al espigón de Huelva, en pleno paraje natural. Como explica a Viva Huelva Enrique Sánchez, la ‘Bandera de España’ se instaló en estas tierras tras su exposición en el Jardín de las Américas de la Expo 92 de Sevilla. Al parecer, su drupa es muy apetecible para los pájaros, que al defecar colaboran en la expansión de una flor que, además de ser habitual verla en los jardines, ha hecho su hábitat en medios seminaturales, como las cunetas: “Colonizan estos espacios, quitan los nichos ecológicos, y ocupan el mismo espacio vital que otras especies autóctonas”.
Sánchez explica la utilidad de las acciones que se desarrollan contra estas plantas invasoras, arguyendo que las que son perjudiciales pueden influir “a nivel molecular, creando contaminación genética, haciendo interferencias en la intervención natural de la planta local, transportando hongos, insectos y plagas, que pueden influir en la economía agrícola de Huelva”. Como ejemplo que expone Enrique Sánchez, la polilla asiática que afectó a los cítricos, o lo más actual, el picudo rojo , que estaba acabando con la población de palmeras onubenses. Además, “hay plantas que son vectores de mosquitos causantes de enfermedades”. Llegan por los jardines botánicos, pero otro medio de llegada es el Puerto, razón por la cual, dentro de las actuaciones, destaca la monitorización de la entrada de especies que llevan a cabo. El segundo ejemplo, el de ‘Hierba del asno’, se puede observar en las dunas de la playa del Espigón, “que acaban invadiendo las dunas. En cuanto al ‘Espinazo del diablo’, el trabajo se multiplica, ya que esta planta que se puede observar en la cuneta de la carretera del Espigón, tiene “hijitos que se caen, y cada vez que se cae es una planta nueva. De cada una pueden salir cientos”.
El trabajo de Enrique Sánchez y la red de voluntarios ambientales de Marismas del Odiel, es una de esas actividades oscuras, casi desconocidas, pero que logran salvaguardar el ecosistema onubense, en mitad del milagro natural de Marismas del Odiel. Los ejemplos brevemente descritos en este reportaje son sólo una leve parte de los descubrimientos hechos en los últimos diez años, periodo en los que Enrique Sánchez y su equipo han identificado más de 70 especies exóticas invasoras: “Esto no para”, valora Sánchez, siempre pendiente de que la vegetación de Huelva esté lo más protegida posible ante esas plantas asiáticas, africanas o americanas que llegan y, encantadas de lo que ven, gustan de quedarse sin que nadie las inviten.

Puesta en valor del trabajo “altruista” de la Red de Voluntarios ambientales
El trabajo en pos de la conservación del Medio Ambiente no suele ocupar grandes espacios en los medios de comunicación de Huelva, tierra acostumbrada a que el debate medioambiental siempre tenga tintes económico-industriales. Pero Enrique Sánchez, agradecido por el interés de Viva Huelva en la elaboración de este florido reportaje, ha querido poner en valor el trabajo de la Red de Voluntarios de Marismas del Odiel, que, en el caso de las exóticas invasoras, se adelantaron incluso a las directrices de la administración autonómica: “No lo hacemos porque nos lo hayan mandado, sino porque sale de nosotros mismos, de nuestra preocupación”. En esta línea, Enrique Sánchez explica que la Junta de Andalucía tiene establecido su propio plan para combatir a las especies exóticas invasoras, pero la iniciativa del paraje natural Marismas del Odiel “es anterior” a este plan regional. En cuanto a los medios de los que disponen para llevar a cabo el trabajo, Sánchez reconoce que en la actual coyuntura económica “hay prioridades en el gasto público”, pero recuerda la “importancia de la investigación incluso para salir de la crisis”, ya que, para este técnico medioambiental “el mejor dinero invertido es el de la investigación”. En cuanto a la atención de los gestores políticos al tipo de trabajo que se lleva a cabo en parajes como el de Marismas del Odiel, Enrique Sánchez precisa que “falta política de seguimiento” para unas labores tan necesarias como poco conocidas y valoradas.

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