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"La puerta de mi tía en Barbate estuvo abierta tres meses esperando a mi padre y mi primo"

Tomás Ladrón de Guevara y José Antonio López perdieron la vida tras el naufragio del pesquero Domenech de Varo en 1973. Sus familiares luchan contra el olvido

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Imagen del pesquero

Tomás Ladrón de Guevara

José Antonio López Gallardo

Los familiares durante un encuentro este pasado mes de agosto.

  • Los cadáveres no identificados reposan en unos nichos sin nombres, solo acompañados por la frialdad de unos números 70, 72, 73, 75 y 76

“La puerta de mi tía estuvo tres meses abierta día y noche… esperando a que regresaran”. Que regresaran los dos marineros de Barbate que iban a bordo del barco pesquero Domenech de Varo, con puerto base en El Puerto de Santa María, y que naufragaba un fatídico 6 de Febrero de 1973 en las costas Lanzarote, concretamente en la Hondura de Mala, cuando iba buscando el amparo del puerto de Arrecife tras detectar una avería en el motor.

Ahora sus esfuerzos comienzan a dar frutos. Así, este jueves se procederá a la exhumación de los cinco cuerpos que permanecen sin identificar, marcados por los números de sus nichos. Y el siguiente paso será realizarles las pruebas de ADN para honrar su memoria con sus nombres y apellidos

A bordo de aquel pesquero iban doce tripulantes, de los que solo sobrevivieron dos… Los diez restantes perdieron la vida. Dos cuerpos jamás fueron localizados, mientras que ocho sí pudieron ser rescatados aunque solo tres fueron identificados por los supervivientes.

Tras la tragedia, el oscurantismo y la falta de información dejaron a los familiares en un limbo del que aún hoy no han podido salir aunque ya vislumbran cierta luz al final un camino repleto de silencios y secretos que con el tiempo, poco a poco, se les ha ido desvelando.

Los cadáveres que fueron localizados pero no identificados fueron enterrados en unos nichos sin nombres, solo acompañados por la frialdad de unos números 70, 72, 73, 75 y 76 que aún hoy despiertan la curiosidad de quienes visitan el cementerio de Arrecife, en Lanzarote.

Cinco cuerpos, cinco números, a los que nadie puso nombre porque los dos supervivientes, tras identificar a tres de sus compañeros, regresaron a la península mientras la mar seguía arrojando a la orilla las víctimas de una tragedia que sólo por el afán y esfuerzo de los familiares, ha logrado vencer la batalla contra el olvido.

Entre los tripulantes había vecinos de Cádiz, de El Puerto, de Sanlúcar y de Barbate. Los familiares de las víctimas que permanecen sin identificar estuvieron décadas sumidos en un duelo abierto, sin saber qué fue de sus padres, de sus primos, de sus esposos, de sus amigos, de sus hermanos… Hasta que el tiempo fue destapando pequeños detalles, desvelando verdades que se habían ocultado, historias que se negaban a irse… y así decidieron, estos familiares, unirse, conocerse, hablarse y luchar de forma conjunta para cerrar el episodio más duro de sus vidas, para colocar las últimas piezas de un rompecabezas que parecía imposible de terminar. Así, en marzo de 2023 se constituye la Asociación de Familiares y  Amigos de las Víctimas del Naufragio del Buque Domenech de Varó, con “la finalidad de llevar a cabo los trámites necesarios para la identificación de los restos de los marineros recuperados y enterrados sin identificar en el cementerio de San Román de Arrecife”. La asociación está presidida por José Manuel Pose, hijo de Julio Pose, fallecido aquel 6 de febrero.

Imagen del pesquero

Tal y como nos explican, llevan más de un año “trabajando duro, recabando ayuda de distintas entidades y administraciones para poder sufragar el coste de las exhumaciones y realización de pruebas de ADN”.  Hasta el día de hoy las entidades privadas que han aportado ayuda son la Cofradía de pescadores de Sanlúcar de Barrameda y la Fundación Unicaja, así como el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda con su alcaldesa Carmen Álvarez, que desde el primer momento “ha mostrado su compromiso con nuestra causa”.

Un trabajo centrado en dos vías, la burocrática y la económica. Así, se solicitó al decanato del juzgado de Arrecife, la exhumación de los cinco nichos, mientras que “en la parte económica trabajamos en la consecución de sendas ayudas ofrecidas por la Diputación de Cádiz y La Junta de Andalucía en el año 2023”.

Ahora sus esfuerzos comienzan a dar frutos. Así, este jueves se procederá a la exhumación de los cinco cuerpos que permanecen sin identificar, marcados por los números de sus nichos. Y el siguiente paso será realizarles las pruebas de ADN para honrar su memoria con sus nombres y apellidos.

La barbateña Ana Ladrón de Guevara forma parte de la citada asociación… y es que aquel pesquero se llevó la vida de su padre, Tomás Ladrón de Guevara, cuando ella apenas contaba con siete años de edad y él, redero de profesión, 43 años. También fallecía en ese naufragio su primo hermano, José Antonio López Gallardo, un joven de 23 años y que era la primera que se embarcada en el Domenech de Varo… para Tomás era su segunda travesía en el pesquero. Junto a ella también llevan años luchando contra ese olvido y por la memoria de estos marineros Manuel y Juan López Gallardo, hermanos de José Antonio.

Ambos forman parte de los cuerpos que siguen sin ser identificados, por lo que hay dos opciones, que estén en los nichos o que sean alguno de los dos cuerpos que jamás fueron rescatados… “La esperanza sigue ahí, jamás la perderemos, al igual que la fe”, nos cuenta Ana que actualmente vive en Benidorm. Aún así, cualquiera de las dos opciones le ofrecerá una respuesta y “nos quitará la duda que lleva viva más de  cincuenta años”.

Su madre “murió con esa pena de no saber dónde estaba su marido, mi padre… por eso si su cuerpo está en uno de esos nichos, la intención es traerlo y enterrarlo junto a ella”.

Son más de cincuenta años “con una espinita clavada, con días en los que se llora y se llora… en mi caso no puedo ver un barco o imágenes de un pesquero porque me puede la pena y el dolor”.

Los familiares ya han aportado sus ADNs y esperan que coincidan con alguno de los cuerpos que este jueves serán exhumados… “pero han tenido que pasar 52 años porque nadie se hizo cargo de lo que pasó, no es justo. Nadie nos explicó qué ocurrió, qué fue de nuestros familiares, nadie nos informó… lo hemos tenido que ir descubriendo poco a poco, a través incluso de casualidades como cuando uno de los hijos le hizo un homenaje a su padre y fue recogido por la prensa… tras leerlo me puse en contacto con él al igual que hicieron otros familiares…”. También ayudó a esclarecer lo ocurrido un trabajo de un investigador amateur de Lanzarote que se interesó por el naufragio y por esos cinco nichos tapiados con la frialdad de unos simples números.

De hecho, la madre de Ana durante muchos años solo pudo cobrar una pequeña parte de la paga de viudedad, al igual que la de orfandad destinada a ella y sus hermanos (Diego y José).

Tomás Ladrón de Guevara

José Antonio López Gallardo

Este medio también se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Barbate, cuyo alcalde, Miguel Molina, reconoce que hasta no hace mucho desconocía esta historia que afecta a dos marineros de su pueblo… “Yo tenía un año cuando ocurrió pero hasta hace no mucho no tuve constancia de la tragedia y sobre todo de lo que la rodeaba. Quiero, primero, lanzar un mensaje de apoyo a las familias de los dos marineros que perdieron sus vidas en alta mar y que unen sus nombres a los de otros muchos vecinos que salieron a faenar y jamás regresaron”. Al respecto, asegura que “al igual que ocurre con el Pepita Aurora o el Joven Alonso, vamos a buscar la manera de rendirles homenaje Tomás Ladrón de Guevara Rodríguez y José Antonio López Gallardo, y por supuesto a sus familiares con un acto el próximo 6 de febrero. Espero y deseo que tras las pruebas de ADN logren cerrar este triste capítulo de sus vidas”.

Y la palabra cerrar es clave. Los familiares necesitan “cerrar el duelo”, algo que incluso los psicólogos les han comunicado… “son muchos años sin saber nada, con un dolor abierto como la puerta de mi tía en Barbate que estuvo tres meses abierta de día y de noche esperando que regresaran” Tomás Ladrón de Guevara Rodríguez y José Antonio López Gallardo… Ahora ha llegado el momento de cerrar esa puerta para que tanto ellos como sus familiares descansen tras medio siglo de espera.

José Manuel Pose, Fco Javier Roselló, María del Mar Rodríguez; Manuel y Juan López Gallardo (hermanos de José Antonio) y Ana Ladrón de Guevara son los los familiares que emprendieron esta batalla contra el olvido, por la memoria y por la dignidad de quienes perdieron la vida aquel 6 de febrero de 1973.

Los familiares durante un encuentro este pasado mes de agosto.

Listado de los doce tripulantes:

José Bernal Ramírez (fallecido el 3 de Febrero de 1973 de El Puerto de Santa María).

 Jaime Roselló Zaragoza (fallecido el 3 de Febrero de 1973 de El Puerto de Santa María).

  Manuel Oliva Barber (fallecido el 3 de Febrero de 1973 de El Puerto de Santa María).  

Antonio Luis Rodríguez Rivera (fallecido el 3 de Febrero de 1973 de Sanlúcar de Barrameda).

 Juan Rodríguez Coronel (fallecido el 3 de Febrero de 1973 de Sanlúcar de Barrameda).

José Rivero Cortés (fallecido el 3 de Febrero de 1973 de Sanlúcar de Barrameda).

Manuel Valiente Crellán (fallecido el 3 de Febrero de 1973 de Sanlúcar de Barrameda).

José Manga Rodríguez (Superviviente del Naufragio, de Sanlúcar de Barrameda).

Tomás Ladrón de Guevara Rodríguez (fallecido el 3 de Febrero de 1973 de Barbate).

José Antonio López Gallardo (fallecido el 3 de Febrero de 1973 de Barbate).

Julio Pose Canto (fallecido el 3 de Febrero de 1973 de Cádiz).  

Vicente Pérez Yañez (Superviviente del Naufragio, de Cádiz, hoy día fallecido).

 

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