Calentó y peloteó con el jugador junior de Gales Evan Hoyt durante un total de cincuenta minutos largos, interrumpidos por dos breves descansos.
El español Rafael Nadal, número uno del mundo, terminó ayer su entrenamiento sin molestias, pues el único daño que padece desde el partido contra Juan Martín Del Potro en la pista Central de Wimbledon es “una ligera inflamación alrededor de los tendones peroneos”, algo que no le impide en absoluto jugar los cuartos de final ante Mardy Fish.
Ésa es la explicación que el médico de la Federación Española de Tenis trasladado al torneo, Ignacio Muñoz, dio al punzante dolor sentido el lunes por Nadal en la parte trasera del pie izquierdo al final del primer set ante Del Potro y que el mallorquín incluso pensó que le obligaría a retirarse.
Nadal llegó a las pistas de entrenamiento del All England Club, en Londres, a las 17.40 hora local (16.40 GMT), con más de una hora de retraso por la lluvia que cayó a principio de la tarde y los dos cambios de ubicación para la sesión del gran favorito del torneo.
Calentó y peloteó con el jugador junior de Gales Evan Hoyt durante un total de cincuenta minutos largos, interrumpidos por dos breves descansos de Nadal, quien tuvo que trabajar ante una enorme expectación de medios de comunicación, además de los habituales aficionados, por el interés que suscitaba su forma física para el partido..
“Ayer durante el partido, Rafael notó una molestia y en un principio lo atribuyó al vendaje compresivo que llevaba. Se lo quitó y, posiblemente, en algún momento hizo un gesto que le provocó un dolor agudo”, comentó Núñez, médico de la Federación.
El especialista aseguróque Nadal jugó el resto del partido “muy condicionado con ese miedo”. efe