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La defensa del soldado fallecido en Cerro Muriano pedirá la “pena más severa”

Solicitará 12 años de prisión para los procesados por la muerte de los dos militares y apunta que pudieron ser evitadas en hasta al menos dos ocasiones

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Un momento de la rueda de prensa de la familia del soldado.

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La familia del soldado Carlos León, quien perdió la vida junto a su compañero durante unas maniobras acuáticas en la base de la Brigada Guzmán El Bueno X de Cerro Muriano hace un año, solicitará al juez que imponga "la pena más severa posible" según lo establecido en el Código Penal.

A dos días de cumplirse el primer aniversario de la muerte del soldado Carlos León y su compañero, el cabo Miguel Ángel Jiménez, en unas maniobras en la base militar de Cerro Muriano (Córdoba), la familia de León, a través de su defensa, solicitará al juez que se imponga “la pena máxima” para los responsables, según lo estipulado en el Código Penal. La tragedia ocurrió el 21 de diciembre de 2023, cuando ambos militares fallecieron tras una serie de negligencias en la planificación y ejecución de las maniobras.

En rueda de prensa en Sevilla, Luis Romero, abogado que defiende a la familia, y Luis Bejarano, suboficial del Ejército de Tierra en la reserva, instructor de natación y solvencia acuática en la Brigada X de Cerro Muriano, además del portavoz de la familia Sergio Pérez explicaron los avances en el proceso judicial.

El abogado de la familia, Luis Romero, detalló que el procesamiento de los implicados, incluidos el sargento Castroviejo, el coronel Manuel Navarro, el comandante Velasco y el teniente coronel Zanfaño, refleja que hubo un incumplimiento de las medidas de seguridad, lo que derivó en la tragedia. En este sentido, Romero afirmó que, según el auto procesamiento del 29 de julio de 2024, los responsables actuaron con “grave temeridad y negligencia”. El abogado adelantó que pedirán penas de prisión de hasta 12 años para los acusados. 

A lo largo del proceso, se han presentado testimonios de más de 40 testigos, incluidos médicos y expertos en seguridad, que han corroborado las irregularidades en las maniobras, según han apuntado. Los imputados están siendo procesados por homicidio imprudente, ya que se considera que su falta de precauciones y supervisión directa provocó la muerte de los soldados

El primo y portavoz del fallecido criticó en una carta formulada por la familia, el recorte de presupuestos para las bases militares, y que, a pesar de tener más recaudación, el presupuesto es cada vez más corto, “es por ello que no hay ambulancias, médicos, zodiacs o personal de rescate personalizado”.

Luis Romero sostuvo que las negligencias en Cerro Muriano podrían haberse solventado con una adecuada planificación, “en la academia militar de Zaragoza realizan ejercicios previos de instrucción en una piscina” y medidas de seguridad en el ejercicio, que nunca se había realizado en esas condiciones extremas. “La única ambulancia que se encontraba en la base estaba muy lejos de donde ocurrió el suceso”. Recalcó que no entiende cómo no se invierte en materia de seguridad militar, “con la cantidad millonaria que hay para tanques, aviones y armamento”.

El abogado de la familia, advirtió que las muertes pudieron ser evitadas en dos ocasiones. “El día de antes de la tragedia, el capitán Ignacio Zúñiga, seguido por el teniente Jaime Tato sabían que la cuerda para agarrarse durante el ejercicio no estaba tensada”. También añade que, durante el ejercicio, se pidió a un subordinado que tensase la cuerda pero “dijeron que la cuerda no podía tensarse más”.

Además, antes de la realización del ejercicio varios subordinados le avisaron de las condiciones del frío y la calidad del agua, y la imposibilidad de realizar el ejercicio correctamente, a lo que el capitán respondió: “Aquí se hace lo que me salga de la polla”.

Es decir, que hubo por lo menos dos momentos, en el día anterior, antes de iniciarse el ejercicio, y después, una vez iniciado y fracasado en su primer intento, que se pudo haber evitado estas dos muertes. La familia, por su parte, criticó que se haya permitido que el capitán y el teniente siguieran ejerciendo en Cerro Muriano tras el fallecimiento de los soldados.

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