La Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla ha aprobado la concesión de licencia de obras para reformar la conocida como casa-patio del escultor Pérez Comendador, situada en el número 1 de la calle Fabiola y calificada como Bien de Interés Cultural (BIC), con el fin de que funcione a partir de ahora como un hostal en el barrio de San Bartolomé, dentro del Casco Antiguo de la ciudad. El proyecto está promovido por el torero mexicano Alejandro Hank, que ha usado hasta ahora el inmueble como residencia familiar durante sus estancias en Sevilla y que ha dado instrucciones para que se preserve al máximo el valor histórico-artístico del inmueble.
La Comisión Ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente ha acordado la concesión de licencia de obras de reforma de edificación residencial unifamiliar existente desarrollada en 2 plantas más ático y semisótano (número 1 de la Casa Fabiola), para su adecuación a uso terciario hotelero para Hostal 1* para 7 habitaciones.
Según Patrimonio de Sevilla, la que fue conocida como Casa de Pérez Comendador se levanta manteniendo la planta y la estructura del siglo XVI. En su interior destacan los artesonados, la azulejería y un espléndido patio sobre columnas de mármol. Un lienzo de la fachada lateral es parte de la antigua muralla que circundaba la judería sevillana en la Edad Media.
Esta casa es, desde 1983, Bien de Interés Cultural con la tipología jurídica de monumento, y desde 1994 fue la sede de la Fundación Cristina Heeren de Arte Flamenco, que se encargó de la rehabilitación y restauración del inmueble. Antes, y de ahí su nombre, había sido por un tiempo residencia del escultor extremeño Enrique Pérez Comendador, que fue Numerario de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, entre sus muchas distinciones y reconocimientos.
EL PROYECTO
El proyecto de conversión de la vivienda familiar en hostal según la denominación oficial pero que no responde al habitual concepto que se tiene del término está promovido por el torero mexicano Alejandro Hank Amaya, el cual, tras su retirada de los ruedos, ha repartido su tiempo entre México, Tijuana y Sevilla. La intervención sólo afecta a 75,51 m2 de los 712,13 m2 construidos del inmueble, que ocupa una parcela de 303 m2. La casa señorial se encuentra en buen estado de conservación tras la última reforma acometida, que data del año 2012.
Según las fuentes consultadas, Alejandro Hank ha pedido expresamente que en la adecuación para uso hotelero se minimice al máximo la intervención, con el fin de preservar el carácter original como vivienda familiar.
Gracias a la generosa distribución de las estancias, la adecuación se hará de forma sencilla, ya que no resultarán afectados los elementos estructurales, ni los catalogados o protegidos del inmueble, y tampoco se realizarán particiones dentro del mismo. Sólo se hará una pequeña reforma puntual en la planta baja y el ático.
Dada la importancia de la casa, el proyecto ha sido examinado con lupa por las Administraciones Públicas. Desde que tuvo entrada en la Consejería de Cultura hasta su aprobación, previo dictamen favorable de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, por la Gerencia de Urbanismo han pasado dos años y dos meses.
FICHA DEL EDIFICIO
En la página oficial del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico se describe el inmueble en estos términos:
“La casa se sitúa en una parcela irregular trapezoidal en la calle Fabiola, haciendo esquina con la calle Madre de Dios y frente a la calle Aire, presentando dos plantas y especie de mirador a la primera de ellas y tres pisos a la segunda. Se distribuye en torno a un patio, situado en la segunda crujía, resuelto casi en su totalidad, en tres
de sus frentes, mediante arcos de medio punto, enmarcados por alfices, apoyados en columnas de mármol con capitel de castañuela y sustentados en los extremos sobre pilares de fábrica de ladrillo enfoscados.
La tercera planta se abre al patio mediante un vano rectangular con una zapata de mármol al centro. La crujía más al fondo de la parcela presenta al patio una fachada más opaca que el resto de los laterales. Las galerías del patio se encuentran decoradas con techumbres ataujaradas policromadas de acusado carácter renacentista.
En el lado frontal del patio se sitúa la escalera principal, semiabierta al exterior, se desarrolla en tres tramos de los que los dos últimos son paralelos a la dimensión mayor del patio, lo que la relaciona claramente con él. Presenta un zócalo de azulejería trianera del siglo XVIII. […]
Aunque no se tiene información clara sobre su correcta datación los restos que aglutina la casa nos dan el siglo XVI como el de su construcción, si bien podríamos contemplar como más adecuado el siglo XVII, al ejecutarse en estas fechas en su misma calle otro ejemplo de casa-patio de carácter singular, concretamente en el número 2.
Las obras de restauración realizadas por Rafael Manzano Martos en la década de 1970 estaban encaminadas a restaurar y adaptar el edificio a Casa-Museo de Enrique Pérez Comendador y su esposa, Magdalena Leroux. Éstas pusieron de manifiesto la existencia de que el muro de la fachada de esta casa resulta ser reaprovechado de la muralla musulmana que define el recinto de la Judería y coincide con el periodo del primer asentamiento de Sevilla, lo cual hace pensar que esta muralla se asienta sobre restos de la primera cerca romana.
En la crujía lateral izquierda y adosado al muro de la fachada de la calle Madre de Dios,
se ha localizado un pozo árabe en buen estado de conservación, descubriéndose una pavimentación cerámica en esta sala perteneciente al siglo XVI.
