La medida se basa en el incumplimiento reiterado del contrato de compraventa
El intento de los viticultores de la Cooperativa Virgen de la Caridad de declarar nulo el contrato de compra de la bodega por parte de la familia Ruiz Mateos en base a los reiterados inclumplimientos del contrato de compraventa se ha quedado de momento en una primera fase, de estudio por ambas partes. Este es el resultado a priori de la reunión mantenida entre el abogado de la cooperativa y los representantes de Nueva Rumasa en la jornada de ayer, sobre la que fue informada la junta directiva de la bodega a última hora de la noche.
El asunto, que podría devolver a manos de los viñistas la bodega, ya que estos consideran que podrían llevar a cabo otras opciones para garantizar la viabilidad de la bodega a tenor de la situación que atraviesa el grupo de Ruiz Mateos, conlleva una gran complejidad, según las fuentes consultadas por este periódico, ya que, al acuerdo entre ambas partes, habría que sumar el resto de asuntos técnicos que conlleva una operación de este tipo que contó incluso con avales millonarios por parte de entidades bancarias.
No obstante, no se descarta que los viticultores puedan recuperar la bodega, toda vez que en las próximas semanas está previsto que existan nuevos contactos entre ambas partes de cara a encontrar una solución a la problemática que atraviesan los miembros de esta emblemática cooperativa con 52 años de existencia a sus espaldas.
DEUDA MILLONARIA
La operación de compra de la cooperativa Virgen de la Caridad se firmó el pasado 12 de noviembre de 2009 por importe de 12 millones de euros. Caydsa, las actuales bodegas Teresa Rivero - contaba en ese momento con unas instalaciones bodegueras de 14.000 metros cuadrados y con unas existencias de 10.000 botas. Dentro de la transacción destacaba el compromiso por parte de Nueva Rumasa de comprar 10.000 botas al año a la cooperativa durante los próximos 25 años, garantizando así a los 800 viticultores que pertenecen a la misma la venta de la producción del mosto.
Sin embargo, según ha venido explicando el actual presidente de la cooperativa, Juan Juez, la deuda que Nueva Rumasa mantiene con los viticultores asciende a los 14 millones de euros, ya que la familia Ruiz mateos sólo liquidó la cosecha de 2008, restando una parte de la de 2007 y la campaña de 2009 al completo.
El pasado mes de noviembre, coincidiendo con la presentación del concurso de acreedores por parte de Nueva Rumasa, se dejaron de pagar los pagarés de la venta de la bodega, por lo que, a fecha de hoy, la situación es cada vez más “insostenible”, según Juez, para los más de 700 viticultores que conforman esta cooperativa.
Hay que recordar que, en el momento de la venta de la cooperativa al grupo Nueva Rumasa, un importante grupo de socios mostró su disconformidad con la operación aunque finalmente se llevó a cabo con el apoyo del resto de socios y miembros de la anterior junta directiva.