La Universidad de Sevilla ha celebrado este lunes una sesión ordinaria de claustro, en la que Miguel Ángel Castro ha defendido un informe sobre sus diez años como rector de la institución académica, rematados por el proyecto de nuevo estatuto; aprobado en diciembre con una participación del 98 por ciento, por 204 votos a favor, 17 en contra, 2 en blanco y uno nulo; o sea un apoyo del 91 por ciento.

Durante más de una hora, Miguel Ángel Castro ha repasado el devenir de la Universidad de Sevilla durante sus diez años al frente de la misma, pues no opta a un nuevo mandato; destacando que el "diálogo permanente" y la búsqueda de "consensos" han sido los ejes de su gestión como rector de la hispalense.

En ese sentido, ha destacado que en estos diez años pesan "siete informes anuales de gobierno por cada curso" académico, que han prosperado siempre "con un apoyo superior al 75 por ciento". En cinco de los casos, según ha remarcado, el apoyo ha superado el 81 por ciento.

Defiende la participación

Además, ha manifestado que su consejo de gobierno ha aprobado 1.275 puntos de competencia, con "asentimiento en más del 99 por ciento de las decisiones adoptadas"; gracias a que la institución ha recogido "cientos de aportaciones de los sectores" de la misma, para alcanzar tales consensos.

El rector también ha señalado que durante sus diez años al frente de la Universidad de Sevilla, la institución académica ha aprobado hasta 75 normas en su consejo de gobierno, siendo por ejemplo "la primera universidad en aprobar unas normas de convivencia"; entre otros aspectos.

La investigación en la US

También ha destacado la "fortaleza" de la Hispalense en materia de investigación, la "garantía de calidad" de sus títulos y la captación de 344 millones de euros adicionales procedentes de las administraciones públicas para diferentes programas, desde que en 2015 comenzase su primer mandato. Gracias a esta gestión, según ha remarcado, la Universidad de Sevilla es "la primera en Andalucía en peticiones de primera preferencia para títulos de grado".

Miguel Ángel Castro también ha puesto especial énfasis en la proyección e "internacionalización" de la Universidad de Sevilla, que durante los últimos diez años ha "consolidado su posición en el 'top' 500 de la mayoría de ranking globales" a escala mundial, con el puesto 485 en la última edición del ranking de Shanghái o el 462 en el ranking QS, por citar algunos de los listados internacionales mencionados por el rector.

Ello, según ha remarcado, gracias al "nivel de cumplimiento de las acciones de gobierno comprometidas", que no obstante han encontrado tres grandes "perturbaciones" en estos años, como son, según ha señalado, las vicisitudes derivadas de la pandemia de coronavirus Covid-19 y las limitaciones implantadas para frenarla; obligando a la Hispalense a recurrir a "grandes dosis de innovación" para mantener su actividad; la "creciente infrafinanciación", extremo que ha reprochado a la Junta de Andalucía porque ha dejado a la US en una "situación cercana a lo insostenible" con "grandes dificultades para el necesario equilibrio financiero"; y en tercer lugar los múltiples "cambios legislativos", con el cenit de la nueva Ley orgánica del sistema universitario (LOSU), que ha obligado a la Universidad de Sevilla a "adaptarse con variaciones normativas".

Nuevo estatuto

Castro ha puesto igualmente especial atención al proyecto del nuevo estatuto, en el que se recoge la elección del rector por sufragio universal ponderado; rememorando que ya en 2016 fue propuesta la elección por sufragio universal ponderado, lo que "no prosperó" entonces por la falta de suficiente "respaldo" del propio claustro de la institución.

Al punto, ha defendido que él mismo promovió una modificación del estatuto para "acompasar los mandatos del claustro y del rector", así como que tras ser aprobada la LOSU, impulsó el proyecto de nuevo estatuto, aprobado con gran "consenso" como ha destacado, gracias a un "trabajo colectivo" que ha agradecido a los diferentes sectores de la Hispalense.

Finalmente, Castro ha anunciado la convocatoria de elecciones a nuevo claustro con su "calendario", "con toda la prudencia y los plazos más laxos dentro de la legalidad", para que no se "solapen" con el proceso del estatuto.